La decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de retirar las tropas españolas de Irak no sólo le ha valido al presidente del Gobierno una dura reprimenda por parte de George Bush. La Administración estadounidense está molesta además por la forma en que España ha puesto en marcha el operativo de repliegue de los soldados. Dice que lo ha hecho sin coordinarse con los comandantes norteamericanos en territorio iraquí, lo que podría complicar operaciones de seguridad y poner vidas en peligro.

Según una información aparecida ayer en The Washington Post , el Pentágono esperaba en un comienzo que la retirada de las tropas comenzara en uno o dos meses y fuese coordinada meticulosamente con los jefes militares estadounidenses en Irak. Sin embargo, a comienzos de esta semana, el Departamento que dirige Donald Rumsfeld recibió indicaciones de que cerca de la mitad de los 1.300 soldados españoles saldrían de Irak en 10 días, y el resto, en los 20 días siguientes.

El Ministerio de Defensa español rehusó ayer concretar los plazos que está manejando para el repliegue. El titular de ese departamento, José Bono, afirmó el lunes pasado, tras el primer Consejo de Ministros del mandato de Zapatero, que el operativo tomaría "menos de seis semanas".

"Respetamos completamente su decisión política de sacar sus fuerzas, pero la forma en que lo están haciendo es decepcionante", dijo al rotativo un alto cargo de la Administración estadounidense, que pidió anonimato. Y añadió: "Ellos (España) no se coordinaron con los comandantes en el terreno. Esto nos está obligando a revolver las cosas para llenar esas posiciones muy importantes. Y esto podría amenazar innecesariamente operaciones y vidas".

"MIRAR AL FUTURO" El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, insistió ayer en que Washington ha sido "comprensivo" con la retirada de las tropas y ha preferido "mirar hacia el futuro". En ese sentido, aseveró que, en su visita del miércoles a Washington, tanto el secretario de Estado, Colin Powell, como la consejera de Seguridad nacional, Condoleezza Rice, le propusieron ser un "mediador fundamental" en el conflicto de Oriente Próximo.

En su encuentro con la prensa en Washington, Moratinos sólo dijo que él había "ofrecido" su experiencia en esa región, donde actuó como enviado especial de la Unión Europea.