La Administración estadounidense expresó ayer su "inquietud" por la disposición de la cumbre iberoamericana para condenar el "bloqueo" económico de Washington a Cuba y pedir la extradición a Venezuela de un anticastrista preso en EEUU. Un portavoz de la embajada estadounidense en Madrid manifestó a este periódico que "sería desafortunado" que los mandatarios aprueben hoy los dos documentos pactados por los ministros de Exteriores, porque ello constituiría "una señal de apoyo a la dictadura cubana".

Dijo además que su Gobierno no entendería "el cambio del término embargo por el de bloqueo", porque se prestaría a "confusiones sobre el significado de las palabras". "Si finalmente se aprueban los textos que hemos conocido por la prensa, sería una cosa inquietante", apostilló. Al cierre de esta edición la situación era incierta. Algunas fuentes oficiales apuntaron la posibilidad de que los jefes de Estado y de Gobierno retoquen hoy ambos comunicados.

EXPLICACIONES El ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, llamó a la Embajada de EEUU en su calidad de anfitrión de la cumbre para aclarar la situación y explicar el alcance del contenido de los dos comunicados relacionados con Cuba. Fuentes de la diplomacia española aseguraron que los supuestos malentendidos habían sido superados tras la conversación.

El portavoz de la legación diplomática estadounidense confirmó la conversación de Moratinos con un "funcionario" de la embajada y dio a entender que el malestar de Washington persistía tras las explicaciones. "Si el texto publicado por los periódicos se aprueba finalmente, sería incoherente con el diálogo que hemos mantenido con varios países sobre cómo impulsar el proceso político y democrático en Cuba", afirmó.

Los textos de la polémica tienen la forma de dos comunicados especiales que acompañarán la declaración final de la cumbre. El ministro de Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque, los aireó el jueves como un triunfo de las posiciones de Cuba frente a su enemigo estadounidense.