La policía especializada en la persecución del tráfico de drogas controló en febrero de este año, pocos días antes del 11-M, tres conversaciones telefónicas mantenidas por Jamal Ahmidam, el Chino , uno de los suicidas de Leganés, en las que presuntamente se refería a la preparación del atentado de Madrid. Sin embargo, en esas conversaciones habló en clave, lo que impidió a la policía saber de qué trataban. Además, en aquella fecha los agentes no buscaban explosivos, sino drogas.

El comisario jefe de la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía Nacional (UDYCO) en Madrid, Juan Manuel Calleja Martínez, compareció ayer ante la comisión parlamentaria que investiga el atentado. Calleja explicó que fue el seguimiento telefónico del confidente de la Guardia Civil Rafá Zuher, realizado a partir del 12 de marzo, el que reveló su relación con los terroristas tras una conversación que mantuvo con el agente de la Guardia Civil Víctor , el 17 de marzo, en la que se refirió precisamente a el Chino . Desde entonces, dijo, el control de ese confidente quedó en manos de la Audiencia Nacional y ellos siguieron investigando una trama de tráfico de drogas.

MALENTENDIDO Calleja confundió a la comisión mientras explicaba una operación iniciada en diciembre del 2003 contra una red de tráfico de hachís de Parla (Madrid), que dirigía un marroquí llamado Lofti. El segundo de Lofti era un tal Abdelelah, al que también llamaban el Chino , pero los comisionados creyeron que se refería a Jamal Ahmidam, hasta que Calleja aclaró el malentendido.

Por otra parte, la demanda del PP de que la intervención de José María Aznar ante la comisión, prevista para el 22 de noviembre, se retransmita por RTVE fue aceptada, aunque con la condición de que se haga igual con la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero, el día 29.