José María Barreda no entiende la reforma del Estatuto de Autonomía sin hablar previamente de reforma de la Constitución, dado que --advierte-- la legitimidad de origen de su comunidad reside en la Carta Magna de 1978. Castilla-La Mancha no había reivindicado la autonomía.

--Los presidentes autonómicos aún no se han reunido nunca en sesión conjunta. ¿Para qué puede servir este foro en la práctica?

--Creo que es una buena idea que, además, no debe limitarse a una buena intención del presidente del Gobierno. Habría que institucionalizarla, para que no quede a la voluntad del Ejecutivo de España de cada momento. Creo que debe tratarse de una conferencia reglamentada, con sus fines propios. Es un reconocimiento necesario de la diversidad que hay en España y de la lógica que ha ido cristalizando gracias a una Constitución de un Estado llamado nada más y nada menos que Estado de las autonomías. Y, por tanto, hay que ser consecuentes y adaptar la Constitución a ese Estado autonómico, que nació en condiciones precarias. En un primer momento ni se sabía cuántas autonomías íbamos a tener ni cómo se iban a llamar. Todo eso ha cambiado y, 25 años después, es lógico que lo que se ha impuesto de hecho se imponga también en el derecho.

--Y llegan las reformas institucionales.

--Claro, tenemos que cambiar la Constitución, y por supuesto cambiar de arriba abajo el Senado, que realmente tiene que representar a las comunidades autónomas y no a las provincias, que en este sentido deberían tender a desaparecer, ya que no tiene lógica que para elegir senadores sean circunscripción electoral. Creo que hay que ser consecuentes con una realidad autonómica muy aceptada por los ciudadanos. Y lo digo desde una comunidad donde nuestra legitimidad de origen es la Constitución de 1978, ya que desde aquí no reivindicamos la autonomía. Pero los ciudadanos saben ahora que la autonomía es útil y mejora su calidad de vida. También han ido viendo cómo su territorio se dotaba de comunicaciones e infraestructuras como jamás habían tenido a lo largo de toda nuestra historia. Por eso, en Castilla-La Mancha se ve la autonomía como algo irreversible, como algo necesario y como algo imprescindible. Hemos sabido convertir la autonomía política en un verdadero acelerador histórico, ya que en muy poco tiempo hemos podido hacer muchas cosas. Mediante nuestras instituciones propias, somos responsables de nosotros mismos, y mediante nuestros propios recursos financieros, con limitaciones, que las hay, podemos afrontar nuestras propias necesidades.

--Se supone que la conferencia de presidentes afectará también a las conferencias sectoriales de ministros y consejeros y, de paso, a las relaciones de las comunidades con la Unión Europea. ¿Lo ve usted así?

--Creo que no hay que tener ningún temor, sino todo lo contrario, a la participación de las autonomías en los foros europeos, en aquellos temas que les afectan directamente. Por ejemplo, desde Castilla-La Mancha no podríamos entender que cuando en Bruselas se hable de vino, esta comunidad --donde hay 600.000 hectáreas de viñas-- no esté presente en las negociaciones. Y esta participación autonómica es perfectamente compatible con la representación que el propio Estado español tiene en la Unión Europea.

--¿Ve algún paralelismo entre el consejo territorial del PSOE y lo que debería ser el Senado en España?

--En el PSOE estamos celebrando 125 años de historia. Somos el único partido que ha recorrido toda la historia contemporánea de España, con un protagonismo además evidente. Y esto conviene recordárselo a los conservado-

Pasa a la página siguiente