El plan Ibarretxe, tras su sorpresiva aprobación ayer en el Parlamento vasco, debe superar todavía nuevas etapas antes de ser, como desean los partidos nacionalistas vascos, plenamente vigente.

El documento del lendakari Juan José Ibarretxe ya dicta cuáles son los próximos pasos a seguir. Por lo pronto, el Ejecutivo vasco tratará de abrir un proceso negociador con el Gobierno central con el objetivo de que el texto del plan sea enviado a las Cortes Generales para su ratificación. Según el lendakari, ese proceso de negociación "no debería superar los seis meses".

Poco antes de que expiren esos seis meses de plazo anunciados por Ibarretxe, se celebrarán elecciones autonómicas en el País Vasco. El plan, sin duda, será el eje central de la campaña.

Aunque es un futuro hoy por hoy improbable, si el documento fuera validado por las Cortes españolas sería nuevamente trasladado al Parlamento vasco antes de ser sometido, por fin, a referendo en Euskadi. Si, como es prácticamente seguro, el Gobierno español se niega a dar ni siquiera el primer paso (abrir una negociación), Ibarretxe ya ha anticipado que planteará igualmente la consulta popular siempre y cuando se dé como condición previa que sea "en ausencia de violencia y sin exclusiones".