Una autopista de 27 carriles --las 27 agencias que están representadas en la Embajada de EEUU en España-- en la que "25 van a toda velocidad y 2 están en reparación". Con este símil, el embajador estadounidense, Eduardo Aguirre, se refirió ayer al actual momento que atraviesan las relaciones de su Gobierno con el Ejecutivo español, que calificó de "excelentes" una vez que "se han dejado atrás los escollos de hace 18 o 24 meses".

El diplomático habló ayer en el foro Tribuna Barcelona, que llevaba por título La imagen de Estados Unidos . Pero pese a ese enunciado, el estado de las relaciones con España ocupó buena parte de la intervención del diplomático, que lleva seis meses de embajador en Madrid y que se definió como "amigo" del presidente George Bush.

Tras admitir que las relaciones bilaterales atravesaron malos momentos en el pasado reciente, el embajador dio por cerrada esa etapa. "Juntos vamos a trabajar mejor para lograr objetivos comunes", afirmó el máximo representante de EEUU en España, que citó entre esos objetivos América Latina, donde, dijo, hay la ocasión de desarrollar "gran capacidad de cooperación".

LOS AVIONES DE VENEZUELA El embajador reconoció, no obstante, que "como amigos y aliados", España y EEUU "no siempre van a estar de acuerdo en la estrategia a seguir" para lograr esos objetivos comunes. Y en ese marco, Aguirre habló del veto de su país al uso de tecnología estadounidense en los 12 aviones que España ha vendido a Venezuela.

El diplomático recordó que esa decisión es fruto de "un acuerdo corporativo" y dejó claro que la actuación de Washington "refleja la preocupación estadounidense con el Gobierno venezolano, no la relación con España". "La posición de Estados Unidos hacia Venezuela es bien conocida", afirmó, subrayando que los países de la región no se beneficiarían de la revolución bolivariana de Hugo Chávez.

El embajador calificó de "amistosas, sustanciales y fluidas" sus relaciones con los ministros de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y de Defensa, José Bono, y dijo haberse reunido "varias veces" con el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. No obstante, Aguirre dio a entender que una entrevista entre Bush y Zapatero no se vislumbra en el horizonte. "Mi trabajo no es ser el secretario de la agenda del presidente. Estamos más interesados en trabajar en ámbitos como el terrorismo, el narcotráfico y las relaciones comerciales".

Sobre la ola de antiamericanismo que hay en el mundo, aseguró que se debe a que existen "expertos" que, a veces por ignorancia, a veces por malicia alevosa, ofrecen una visión "simplista" e incluso "absurda" de EEUU.

Respecto a Guantánamo, Aguirre aventuró que EEUU hará lo posible por corregir sus errores. "Confío en el hecho de que cuando EEUU identifica una acusación, se hace un estudio y se corrige lo que sea necesario para seguir adelante", manifestó. Eso sí, quiso dejar claro que, en la prisión cubana "EEUU trata de lidiar con personas dañinas".