Este lunes da comienzo en la Audiencia Nacional el juicio contra el exjefe superior de policía del País Vasco Enrique Pamiés y el exinspector José María Ballesteros por el llamado 'caso Faisán'. Ambos están acusados de colaborar con ETA por desvelar a un miembro del aparato de extorsión una operación contra la banda terrorista.

Según la acusación --integrada por el PP, Dignidad y Justicia y la AVT--, el 4 de mayo del 2006, Ballesteros acudió al bar Faisán y le entregó un teléfono al dueño del local y miembro de la red de extorsión de ETA, Joseba Elosúa. El número era de Pamiés, quien supuestamente le alertó de que la policía sabía que iba a reunirse con el etarra Cau Aldanur en Francia y que había montado una operación para detenerle. Elosúa no le hizo caso, pero la policía no pudo practicar las detenciones por un problema burocrático. Cuando finalmente se llevó a cabo la operación, el 22 de junio, no se hallaron pruebas documentales ni el dinero de los chantajes.

Por su parte, Pamiés sostiene que el día del supuesto chivatazo tenía una cita con un infiltrado en ETA y que mandó a Ballesteros a reconocer la zona. Asimismo, alega que Elosúa no reconoció a Ballesteros como la persona que le entregó el teléfono y denuncia deficiencias en la investigación.

Pamiés se enfrenta a peticiones de hasta 10 años de prisión por los delitos de colaboración con ETA y revelación de secretos, mientras que para Ballesteros las acusaciones piden penas de hasta 9 años de cárcel. Sus respectivas defensas reclaman la absolución.