Los empresarios de Baleares que en el año 2000 regalaron al Rey el yate 'Fortuna' para su uso y disfrute quieren que el Gobierno se lo devuelva, según ha acordado este lunes por unanimidad la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur).

Esta fundación se ha reunido en sesión extraordinaria y ha decidido solicitar que retorne la embarcación de alta velocidad y 41 metros de eslora después de que el Rey decidiera renunciar a su uso hace unas semanas, han informado a Efe fuentes de Fundatur.

El Consejo de Ministros debe decidir el futuro del yate una vez que el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional aprobara la pasada semana la desafectación de este bien requerida por el Monarca a través del jefe de la Casa Real. El yate podría ser subastado o permanecer como bien del Estado, una vez deje de pertenecer al organismo responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española, entre los que se encuentran ocho palacios reales y 13 monasterios y conventos.

El 'Fortuna' fue donado en el año 2000 para uso de la familia real por la referida fundación integrada por un grupo de empresarios de las islas, como los responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia, la Caixa, Carmen Matutes, hija del exministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes, y la Caja de Ahorros de Baleares Sa Nostra.

Misiva a Patrimonio Nacional

La presidenta de Fundatur, Carmen Matutes, ha remitido al presidente del consejo de administración de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri, una carta en la que indica que ha sido informada de la renuncia del Rey a usar el 'Fortuna', construido por "encargo de esta Fundación", se precisa en la misiva. Se recuerda, además, que esta donación, de fecha de 19 de junio del 2000, establecía que la decisión de donar la embarcación era "para el uso y disfrute de su majestad el Rey y de los miembros de la familia real, es decir, una donación modal o finalista". Por ello, el patronato de la fundación ha concluido que el barco debe retornar a sus activos.

La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, explicó que se estudiarían los distintos usos que pueda tener el yate, "en las mejores condiciones" y buscando el que sea "mejor, más eficiente y más rentable", según explicó el pasado viernes.

La embarcación costó unos 21 millones de euros, de los que 2,7 fueron aportados por el Govern balear. Fue encargada en 1997 a los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) para sustituir al anterior 'Fortuna', donado en 1979 por el rey saudí Fahd, que a su vez reemplazaba a otra embarcación con el mismo nombre que Juan Carlos utilizaba en aguas de Baleares desde agosto de 1976. El yate del que se ahora se desprende el Rey tiene una cubierta principal con un salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. En el piso inferior, tiene cuatro camarotes, dos reservados para el Monarca y sus invitados, que ocupan toda la manga, y otros dos a ambas bandas del patio central.

Uso restringido

El nuevo yate rápido se hizo enseguida habitual en los veraneos mallorquines del Rey y de la familia real, pero en los últimos tres años los movimientos del 'Fortuna' se fueron restringiendo progresivamente, entre otras razones por el alto coste que supone llenar sus depósitos, unos 25.000 euros.

La última vez que el Rey se hizo a la mar en el 'Fortuna' fue el 13 de agosto del año pasado, cuando, acompañado tan solo por la tripulación, el yate fondeó en el norte de la isla, cerca del cabo Formentor, y por la tarde regresó a puerto.

Izquierda Unida en Baleares dirigió hace unos días una carta al Rey en la que le solicitaba que se subastara el 'Fortuna' y se destinara el dinero a los más desfavorecidas de las islas.