Decían de él en el 2001, cuando aspiraba por primera vez a la Xunta, que era un candidato gris y apagado. Alguien con un perfil demasiado "tecnócrata" e incapaz de plantar cara a un Manuel Fraga que iniciaba ya su declive político. Hoy los gallegos le valoran casi a la par que a su octogenario oponente, y las encuestas auguran que tras el próximo domingo será el más probable inquilino del Monte Pío, la residencia oficial del presidente gallego en Santiago.
A Emilio Pérez Touriño nunca le han llamado "bambi", como hacía el PP para intentar desprestigiar a José Luis Rodríguez Zapatero cuando aspiraba a la Moncloa. Sus colaboradores reconocen que aún le falta recorrido para ser un ZP en versión gallega, pero que va por buen camino y demuestra ya "una labrada solidez". El hace todos los esfuerzos, pese a que reconoce que el carisma no resalta en su "cuadro de virtudes". En los mítines que ambos han compartido, a Touriño y Zapatero les ha unido la vestimenta y un discurso calcado a la hora de prometer gobernar sin crispación y cumplir "con la palabra dada".
Policías y ladrones
El aspirante socialista vino al mundo en A Coruña el 9 de agosto de 1948. Pero sus raíces están en el barrio de A Eriña, en Pontevedra, a donde sus padres le trasladaron cuando aún no había cumplido un mes. Su madre, Anisia Esmeralda Touriño, que debe su nombre a su origen brasileño, le contaba que "era imposible separarle de su chupete". Pero él, de sus años mozos, recuerda sobre todo a su cuadrilla de amigos. El fútbol es lo que más le separa de Zapatero. El presidente del Gobierno es un declarado culé , mientras que Touriño prefiere al Real Madrid.
En el barrio conoció a la que fue su única novia y desde 1972 su mujer, Esther Cid Cadavid, una profesora de instituto con quien ha tenido dos hijos: David y Andrea.
Militante comunista
Touriño estudió Ciencias Económicas en la Universidad de Santiago. El hasta hace poco líder del BNG, Xosé Manuel Beiras, fue su profesor de Estructura Económica y premió su esfuerzo con varias matrículas. Después se doctoró.
Las inquietudes sociales de Touriño nacieron vinculadas a asociaciones de corte católico. Pero el año de la muerte del dictador, en 1975, se afilió al Partido Comunista. Antes ya había organizado asambleas estudiantiles en iglesias "para pedir democracia". En 1981, en las primeras autonómicas gallegas, figuró en las listas del comunista Anxo Guerreiro. Después se decantó por los socialistas.
Si Beiras fue su profesor, fue de la mano de Abel Caballero, su antecesor en la candidatura socialista a la Xunta, como llegó en 1986 a su hasta ahora máxima responsabilidad de gobierno: subsecretario en el Ministerio de Transportes. Fraga lo ha utilizado en esta campaña para criticarle que entonces no hiciera "nada" por Galicia.
Secretario general de los socialistas gallegos desde 1998, Touriño ha encabezado desde entonces la oposición socialista a Manuel Fraga en el Parlamento gallego. En diciembre del 2002, presentó una moción de censura contra el presidente de la Xunta por la catástrofe del Prestige , que no prosperó por la mayoría absoluta del PP en la Cámara.
Alabanzas a Fraga
El talante con el que intenta emular a Zapatero le ha llevado a no rasgarse las vestiduras a la hora de reconocer "los méritos" de Fraga durante sus primeros años de mandato. Ahora se niega a utilizar la edad avanzada de su oponente como arma electoral, pero le pide que se jubile "por el bien de Galicia" y para dar la alternativa a un "proyecto agotado".
En la cocina confiesa que apenas consigue preparar "unos huevos fritos" sin que se le rompan, pero asegura que tiene la receta para poder sacar a Galicia de la cola en que se encuentra con respecto a la mayoría de autonomías. No oculta, sin embargo, que uno de los ingredientes de su receta será el BNG de Anxo Quintana, a quien está dispuesto a nombrar vicepresidente "si los ciudadanos lo piden" en las urnas.
El próximo domingo será su última oportunidad. Si no lo consigue, ha anunciado que dejará paso "a otra generación". Aunque le falten 25 años para llegar a la edad de Fraga.
