Cuando dirigió las labores técnicas del entierro de Franco, este alcarreño tenía 29 años. Hoy tiene 73. El 23 de noviembre de 1975 se levantó a las ocho, se arregló y se fue al cementerio de La Almudena. «Allí nos iban a recoger en unos coches los de Protocolo del Palacio de El Pardo para subir al Valle de los Caídos. Había preparado una cuadrilla de operarios». Así empezó el que para él sería su enterramiento más «histórico», pero no el más terrible: en su carrera también dirigió el operativo fúnebre del accidente de aviación de Mejorada (1983), con 181 muertos, o el de los atentados del 11-M, «Ese fue mucho peor, porque era por terrorismo», comenta. En 1975 era el encargado de los cementerios municipales de Madrid: «Fue un entierro muy especial. Era el jefe del Estado. Lógicamente, estaba nervioso».

—En aquella época, ¿era usted franquista?

—Era como muchos españoles: uno que no había conocido otra cosa, nada más. Cuando vi desaparecer el féretro no sentí nada especial. Estaba habituado a ese tipo de servicios. Habíamos ensayado la inhumación varias veces, a paso lento en el Valle de los Caídos.

—¿Está usted de acuerdo con la exhumación de Franco?

—El Tribunal Supremo ha emitido una sentencia. Y debemos leer la ley de memoria histórica. Esa ley establece que en el Valle de los Caídos, en ese cementerio monumental, solo pueden estar los que murieron en la contienda. Franco no falleció en la contienda.

—¿Qué cree que se van a encontrar hoy los exhumadores cuando levanten la losa?

—Van a encontrar un féretro lógicamente sin color, sin brillo, pues son 44 años, pero creo que entero para extraerlo de la sepultura sin problemas. Y una vez que lo extraigan, creo que sacarán el féretro de zinc que hay dentro del de madera para trasladarlo a uno nuevo, que es lo que ordena el Reglamento de Sanidad Mortuoria. Esa caja de zinc lleva ventanilla, así que la ministra podrá certificar lo que hay en el interior.

—¿Y qué habrá en el interior de la caja?

—Un cadáver desecado, acartonado, como dicen los enterradores, rígido y sin fluidos y con pérdida de materia orgánica. Estará momificado, pero identificable, pues en el lugar en el que se encuentra apenas penetra el calor.

—¿Técnicamente es una labor sencilla?

—Yo no la veo difícil.

—Es usted alcalde de Sacecorbo (Guadalajara) por el PP. ¿Cree que los militantes de su partido entienden la exhumación de Franco?

—Creo que sí, al menos parte de ellos. Lo deben de entender. José María Aznar se abstuvo, y Ciudadanos también, en pronunciamientos sobre la memoria histórica en el Congreso de los Diputados.