La alcaldía de Marbella registró ayer un monumental atasco humano. Entraban y salían promotores inmobiliarios, concejales, funcionarios, periodistas. Es la guerra. Dos horas después de lo previsto, Julián Muñoz abre la puerta de su despacho, el mismo que mandó construir Jesús Gil en 1991 porque el que había le parecía pobretón. Gil apenas lo utilizó.

"Yo soy un alcalde del pueblo, cercano a la gente, y el pueblo me ha demostrado que me quiere", dice Muñoz. Como cada día, al acabar su jornada, paseará por el casco antiguo abrazado a su actual pareja, Isabel Pantoja, una forma infalible de hacerse querer. La pareja se deja besar y fotografiar. Y el domingo, irán a los toros. El dirá que ha sido traicionado y que morirá matando. Todo, al más puro estilo Gil y Gil.

Ha estado 12 años al lado de Jesús Gil. ¿Por qué ha tardado tanto en darse cuenta de cómo era?

--Porque siempre he sido una persona leal y de honor. Las desavenencias comienzan cuando yo empiezo a tomar decisiones y él quiere gobernar desde la sombra. El alcalde de Marbella soy yo, y eso aún no lo ha aceptado. Pero yo con quien estoy dolido es con mis excompañeros del GIL, porque si estaban molestos con el reparto de delegaciones, tendrían que habérmelo dicho.

Ya, pero si se estaba llevando dinero, ¿por qué no le denunció?

--Eso es cosa de los tribunales, que es a los que les corresponde investigar. Yo nunca he dicho que Gil haya robado dinero de Marbella.

Bueno, sí que lo ha dicho. La semana pasada Gil y usted se acusaron mutuamente y a voces de varios delitos económicos en un programa de cotilleo de la televisión.

--Aquello fue un gran error por el que he pedido perdón. La vida política no debe saltar a los programas del corazón.

Hablemos de política rosa. ¿Qué papel tiene Isabel Pantoja en esta crisis? Según Carlos Fernández, del PA, es ella quien dirige Marbella.

--No voy a contestar a eso. Sólo diré que tener a Isabel a mi lado es una gran ayuda para mí en estos momentos para superar la rabia y la impotencia ante la traición. También reconozco que es cierto que estar a su lado me ha dado popularidad, pero en realidad sólo soy el tipo de bigote que va a su lado.

La moción de censura que han presentado contra usted parece estar ahora en el aire. Si prospera, ya no será alcalde. ¿Pero cómo piensa gobernar si no prospera?

--Con acuerdos puntuales en cada materia y a través del pleno. Lo que no voy a hacer es volver a sentarme jamás con personajes de la calaña de Carlos Fernández e Isabel García Marcos (ediles del PA y del PSOE, respectivamente). Me sentaré con los partidos democráticos, con el PSOE, el PP y el PA.

Usted ha dicho que Marbella es una ciudad sin mafias, pero el supuesto trasiego de maletines de estos días no parece darle la razón. Y las presuntas comisiones urbanísticas, tampoco.

--Marbella es una ciudad normal. En todas partes hay intereses urbanísticos. Y aquí no hay mafias, la gente puede salir segura a la calle. Mucho más segura que en cualquier otra parte de España.

Pero a usted intentan descabalgarle por los intereses urbanísticos

--Nunca he dicho que sea una mafia. Lo que está en juego es seguir construyendo de acuerdo con la legalidad, tutelados por la Junta de Andalucía, o seguir haciéndolo sin control.

¿Dirá mañana al fiscal la verdad?

--Depende de las preguntas que me hagan.