El que será nuevo presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, prepara su goma de borrar para eliminar un número considerable de leyes aprobadas por el anterior Gobierno bipartito, aunque encuentra para ello ciertas dificultades. Especialmente delicada es su intención de frenar el avance del gallego en la educación. Tras las elecciones del 1-M ha renovado su promesa de derogar el decreto que regula que un mínimo del 50% de materias educativas se impartan en esta lengua.

Su problema es cómo cumplir su promesa y a la vez mantener una cierta coherencia respecto a la ley de normalización lingüística que aprobó el propio Partido Popular, con el apoyo unánime de todas los grupos parlamentarios, cuando gobernaba Manuel Fraga. Esa ley ya contemplaba que la mitad de las materias docentes se impartieran en gallego, y el decreto que quiere derogar, aprobado por el defenestrado bipartito, seguía el mismo parámetro.

El fin de las galescolas

Curiosamente, Feijóo es consciente de que existe "una pérdida del uso del idioma gallego", que atribuye a "una mala política lingüística y a la imposición del idioma" por parte del bipartito. Sin embargo, insiste en que el problema es que, al igual que él, cuando era estudiante, solo podía hablar gallego en el recreo, ahora empezaba a ocurrir lo mismo en determinados pueblos de Galicia "pero con el castellano". Por eso anunció que se acabaron las galescolas, las guarderías ideadas por la parte nacionalista del bipartito en las que la educación de 0 a 3 años era íntegramente en gallego.

El líder popular cree que es "de sentido común" que los padres elijan la lengua en la que deben de estudiar sus hijos. También se mostró contrario a la segregación lingüística --que implica unas aulas para gallegohablantes y otras para castellanohablantes--, entre otras cosas, porque "los recursos de la Xunta no son ilimitados".

El propio líder popular reconoce que existe expectación sobre cómo regular la implantación del gallego en la educación, y lo único que ha avanzado es que su propuesta estará en consonancia con lo que adelantó en su programa electoral.

La opinión de los padres

Como ejes principales de su propuesta, Feijóo pretende que los padres elijan el idioma en el que quieren que sus hijos aprendan a leer y escribir. En segundo lugar propone que, en el resto del sistema educativo, los alumnos puedan dirigirse al profesor en cualquier idioma, igual que hacen los exámenes tanto en castellano como en gallego, e incluso tener el material de apoyo en ambos idiomas, para que puedan escoger. Su tercer objetivo es contar con la opinión de los padres, a los que preguntará durante el próximo curso sobre la lengua que prefieren para sus hijos en las asignaturas troncales.

Además, quiere darle un gran protagonismo a la lengua inglesa, y no descarta implantar un modelo trilingüe, con un tercio de las asignaturas en castellano, otro en gallego y el último, en inglés.