El Gobierno vasco y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Fernando Ruiz Piñeiro, se enzarzaron durante la apertura del año judicial. El juez criticó la ley de consulta aprobada por el Parlamento vasco al asegurar que los poderes públicos "deben cumplir y hacer cumplir la ley" y que el poder del pueblo debe ser limitado. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, le replicó que "los jueces no pueden poner límites a un pueblo" y le reprochó que no fuera a los juzgados de Tolosa tras el atentado de ETA. Las diferencias entre Piñeiro y el Ejecutivo son irreconciliables. El entorno de Ibarretxe cree que ha buscado sentar al lendakari en el banquillo a cualquier precio.