El esperado encuentro entre el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente de Estados Unidos, George Bush, centrará buena parte de la atención mediática española durante la Cumbre de la OTAN que se celebra en Bucarest esta semana, a pesar de no figurar oficialmente en su agenda.

Bush y Zapatero acordaron verse en la capital de Rumanía cuando el primero llamó al líder socialista para felicitarle por su victoria electoral, pero en la Moncloa no quieren hablar de "reunión" y precisan que se tratará de un encuentro informal que se organizará "sobre la marcha". Según han informado fuentes del Ejecutivo, Zapatero se desplazará a Bucarest el 2 y el 3 de abril acompañado por sus ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y de Defensa, José Antonio Alonso, quien tendrá ocasión de despedirse de sus colegas de la Alianza Atlántica. Será previsiblemente el último acto como ministro de Defensa de Alonso, oficialmente ya portavoz del PSOE en el Congreso.

En la agenda de la Cumbre se encuentran los proyectos de ampliación de la OTAN y cuestiones prioritarias para el Gobierno, como la situación en Afganistán y Kosovo, donde hay tropas españolas desplegadas. No obstante, uno de los momento más esperado será el encuentro entre Zapatero y Bush.

Felicitación de Bush

Zapatero recibió la llamada de felicitación de Bush el pasado 11 de marzo cuando se encontraba en Bruselas, en el Consejo Europeo, y consideró "positivo" el gesto del presidente estadounidense. Según explicó, ambos quedaron en "charlar" durante la Cumbre sobre aspectos que afecten a intereses compartidos y sobre cuestiones del orden internacional.

La última vez que se vieron ambos presidentes fue el pasado 24 de septiembre en Nueva York, cuando asistieron a una cena sobre cambio climático organizada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Fue un breve saludo retransmitido por la señal institucional de televisión de la ONU y el interés mediático que despertó llevó a Zapatero a confiar en que no se convirtiera en una "patología".

Como siempre que se le pregunta por esta cuestión, Zapatero reconoció que ambos discreparon en una cuestión "central", cuando España retiró sus tropas de Irak, pero destacó las "buenas relaciones" bilaterales. Quiso además restar importancia a sus encuentros con Bush, con quien, dijo, ha mantenido conversaciones distendidas cuando ambos han coincidido en citas internacionales.

Uno de los objetivos del presidente estadounidense en esta Cumbre de la OTAN es convencer a los países aliados de la necesidad de ampliar el número de tropas destinadas en Afganistán, algo a lo que ya se han comprometido países como Francia, Alemania o Portugal. El Gobierno de Zapatero no tiene intención de aumentar sus tropas en Afganistán -donde hay desplegados 778 efectivos-, pero cabría la posibilidad de que incrementara su compromiso con la OTAN en otras labores de reconstrucción y de formación del ejército y de los cuerpos de seguridad afganos. España participa desde 2003 en la misión ISAF de Naciones Unidas, que gestiona la Alianza Atlántica en Afganistán, en la que es el octavo contribuyente.

Otro de los asuntos que previsiblemente se abordarán en la Cumbre será la reciente declaración de independencia unilateral de Kosovo, que España no ha reconocido como Estado. Frente al respaldo explícito del Gobierno estadounidense a esta independencia, España está alineada con las tesis que defienden los países favorables a la integridad territorial de Serbia, que cuenta con Rusia como principal valedor. Su presidente, Vladimir Putin, también estará presente en Bucarest.