Enfrentamientos y cargas ante la Consejería de Interior. Los Mossos han disparado proyectiles de foam y han utilizado las porras contra un grupo de manifestantes que intentaba romper el cordón policial ante Interior y que tiraba huevos, pintura, botellas y petardos contra los agentes.

Varios miles de personas, jóvenes en su mayoría, han exigido la dimisión del consejero de Interior, Miquel Buch, en una concentración convocada por los CDR en la confluencia de la Gran Vía con la calle Marina, que se ha desplazado luego frente a la sede del departamento de Interior.

Los CDR habían convocado a las 19 horas una concentración en ese punto de la Gran Vía de Barcelona con el lema "Que se'n vagin" (Que se vayan), en la que los manifestantes han lanzado centenares de rollos de papel higiénico al aire y han gritado consignas en favor de la libertad de los presos independentistas.

Los CDR habían llamado a los asistentes a acudir con papel de váter a esta protesta porque, según este colectivo, hay "mucha mierda por limpiar".

Antes de reunirse en ese punto, los manifestantes han provocado cortes de tráfico en vías principales de la ciudad, como la Ronda Litoral y la Via Laietana, entre otras.

Además de "Buch, dimisión", los manifestantes, que llevaban banderas independentistas, han gritado también consignas en contra de la represión y la violencia policial, y otras como "Las calles serán siempre nuestras" o "Policía el que no bote".

Además de los efectivos habituales, los Mossos han desplazado a esta protesta una tanqueta de agua, según ha comprobado Efe y han confirmado fuentes de este cuerpo.

Al acabar esa concentración, los manifestantes se han dirigido hacia la sede del departamento de Interior, protegida con un vallado y custodiada por numerosa presencia policial en los alrededores.

Los Comités de Defensa de la República (CDR) han pedido esta mañana el cese del 'conseller' de Interior, Miquel Buch, por las cargas de Mossos d'Esquadra en las protestas independentistas y, tras los disturbios de ayer en Barcelona y otras ciudades catalanas, han avisado: "Hemos comenzado un camino de no retorno".