Víctor Terradellas, presidente de la fundación CatMón, exresponsable de relaciones internacionales de CDC y persona muy cercana al expresident Carles Puigdemont, mantuvo conversaciones en Moscú en el otoño del 2017 con Serguéi Markov, influyente exdiputado oficialista y polítólogo bien conectado con el Kremlin. En declaraciones a el periódico de Catalunya, Markov revela que Terradellas le ofreció el reconocimiento de la anexión rusa de Crimea por parte de la Generalitat a cambio del apoyo de Rusia a la declaración unilateral de independencia (DUI) catalana.

«Nos entrevistamos en tres ocasiones, acompañado de una periodista catalana que me conoce; me quería usar como contacto para que yo me dirigiera a los órganos de poder», explica el exdiputado del partido oficialista Rusia Unida y profesor del elitista Instituto Estatal de Moscú para las Relaciones Internacionales, un hombre que en los últimos años ha ocupado importantes cargos en consejos e instituciones gubernamentales rusos.

«Me plantearon que Rusia pudiera apoyar la independencia de Cataluña. Y que, a cambio, Cataluña podría decir que Crimea es parte de Rusia», rememoró Markov para ese diario el lunes en un restaurante del norte de Moscú. Siempre según la versión del académico, la respuesta que obtuvieron sus interlocutores de él no fue positiva. «Yo les dije que, por el momento, el Gobierno ruso estaba muy distanciado del tema catalán, y les expliqué la lógica [...] Nosotros no necesitamos ese reconocimiento, no es cierto eso que dicen los medios occidentales de que buscamos el reconocimiento, porque más pronto o más tarde, Occidente reconocerá que Crimea es parte de Rusia», sostiene Markov.

El nombre de este político, profesor y filósofo aparece escrito en una libreta confiscada por la Policía Nacional (la investigación ahora la lleva la Guardia Civil) durante el registro de la sede de CatMón en mayo del 2018. Según Markov, ambos interlocutores se reunieron con él en tres ocasiones en el otoño del 2017. Deduciendo de las anotaciones de Terradellas, esta última reunión probablemente tuvo lugar en los días previos a la DUI, aprobada el 27 de octubre del 2017.

Las declaraciones de Markov cobran especial relevancia, pues Terradellas, ya de vuelta de Moscú y dos días antes de la DUI, envió a Puigdemont varios mensajes instándole a que le recibiera para reunirse con un «emisario de Putin».

EMISARIO DESCONOCIDO / El politólogo, que se encoge de hombros cuando se le dice que Terradellas pudo haber cometido un delito al sufragar sus viajes en pos del reconocimiento internacional de la DUI con dinero público, puntualiza que no recuerda todos los detalles que explica acerca de lo que sucedió en estos encuentros.

Markov asegura desconocer de quién habla Terradellas cuando se refiere a un «emisario del Kremlin» en los wasap que envía a Puigdemont en los días previos a la DUI, aunque admite la existencia de contactos «no políticos». Tras la DUI, Moscú se mantuvo en su postura de no reconocer la independencia catalana.

Sobre el futuro de Puigdemont, Markov incluso contempla la posibilidad de que pueda acabar asilado en Rusia.