Si la reacción del PP tras la publicación de la conversación que vincula a Rita Barberá con el caso Gürtelfue contundente, la de sus dirigentes valencianos fue directamente colérica. El entorno de la alcaldesa tildó de "rastrera" la filtración y denunció que todo responde a la "valencianofobia" del Gobierno central.

"La campaña de acoso y derribo contra el PP valenciano se debe a que la vicepresidenta De la Vega y Zapatero no han entendido que los valencianos no les votáramos", declaró el vicepresidente tercero de la Generalitat valenciana, Juan Cotino, quien exigió que se investigue a la Policía, al Ministerio del Interior y a la Fiscalía General del Estado por las filtraciones. Idéntica reclamación hizo el vicepresidente primero valenciano, Vicente Rambla.

La reacción más extemporánea llegó desde el Gobierno municipal después de que la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, pidiera a Barberá "explicaciones convincentes". El concejal conservador Miguel Domínguez acusó a Alborch de haber pertenecido "al Gobierno más corrupto de la democracia" y de ser "una simple marioneta de un montaje con tintes fascistoides".