Ni un contacto formal del Gobierno con Esquerra o el PDECat en Madrid. Así explican fuentes republicanas y posconvergentes uno de los motivos de fondo para presentar una enmienda a la totalidad a los presupuestos del Estado. Otro motivo, que nada tiene que ver con la previsión de ingresos o gastos, es la falta de concreción de la exigencia independentista de una mesa de negociación sobre el derecho de autodeterminación de Cataluña con partidos estatales y alguna figura neutral. Otros factores más coyunturales para que republicanos y posconvergentes presenten su enmienda son la coincidencia del primer debate presupuestario con la segunda sesión del juicio al 1-O en el Supremo, y la presión de parte del soberanismo para no emprender vías negociadoras con el Gobierno.

Con todo, hasta el último instante estarán abiertas las puertas, dado que parte de Esquerra y del PDECat son partidarios de no cerrar la puerta a las cuentas de entrada si el Ejecutivo del PSOE hace un gesto. El mensaje político de ayer (presentar enmienda a la totalidad, ERC hoy y el PDECat, probablemente, el mismo viernes, fecha límite) se tiñó una vez más de cacofonía entre los actores independentistas implicados. De entrada: no hubo un anuncio conjunto, pese a que el posconvergente David Bonvehí aseguró hace poco que toda decisión definitiva se tomaría entre los dos grupos y el Govern.

MIRADAS DE REOJO / Eso no ha sido así en ningún momento, y las diferencias se han acumulado a lo largo de las últimas semanas: en el seno del PDECat, entre el president Quim Torra y ERC, e incluso entre Torra y su predecesor, Carles Puigdemont. Las miradas de reojo se han sucedido. Hasta el punto de que ayer fue ERC la que se avanzó anunciando la presentación de la enmienda a la totalidad, que en el caso de los republicanos fue decidida ayer por la mañana formalmente por la ejecutiva y confirmada por el jefe de filas en el Congreso, Joan Tardà. ERC ofreció, sin embargo, al Gobierno del PSOE la posibilidad de abrir una mesa de negociación hasta el día 12 con la finalidad de que se produzcan «movimientos» que pongan fin «a la represión» contra el independentismo catalán, y para entablar una negociación «sobre el ejercicio del derecho de autodeterminación».

No obstante, fuentes republicanas se mostraron convencidas de que la enmienda seguirá su tramitación completa y será finalmente votada. Es decir, no ven visos de que el Ejecutivo de Sánchez se avenga a cumplir con lo exigido por ERC.

Minutos después, el portavoz parlamentario de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, era quien ejercía de portavoz oficioso del PDECat y anunciaba también la presentación de la enmienda el próximo viernes, día que expira el plazo para registrarlas en el Congreso. De inmediato, el gabinete de comunicación del PDECat saltaba con un mensaje desmarcándose de Pujol («en nombre del PDEcat habla el PDECat», avisó) y fuentes del partido en el Congreso no ocultaban su malestar con Pujol, que «no es quién para anunciar nada». Finalmente se aseguró que se había acordado que Pujol y el partido se pronunciarían al unísono.

Todo ello justo minutos después de que ERC tomara la iniciativa mediática. Republicanos y posconvergentes llevan ya semanas concluyendo que Sánchez parece no interesarle contar con el apoyo independentista.