Begoña Errazti fue reelegida ayer presidenta de Eusko Alkartasuna (EA) con el apoyo del 60% de los delegados en el sexto congreso del partido. El otro 40% respaldó al sector crítico, agrupado finalmente en torno a una sola lista liderada por Iñaki Galdós. Al congreso asistieron como invitados dirigentes de la ilegalizada Batasuna.

La reñida competición resume, según Errazti, la "expresión cruda y dura de la democracia interna" de un partido que arrastra la división desde 1999 y que, en cambio, no alberga discrepancias ideológicas, como lo demuestra el hecho de que la ponencia política recibió sólo 18 votos en contra.

El mayoritario y amplio respaldo al "tronco ideológico", que logró el voto del 88% de los delegados, no pudo evitar la imagen de encono. Los 660 delegados dividieron sus simpatías entre una ejecutiva encabezada por la que ha sido su presidenta hasta el momento, y otra lista que, de madrugada, logró unir a la mayoría crítica de Guipúzcoa con los descontentos de Vizcaya, entre los que se sitúan los consejeros del Gobierno vasco Sabin Intxaurraga y Angeles Iztueta.

En primera fila estaban el portavoz del PNV, Joseba Egibar, y los batasunas Joseba Permach y Pernando Barrena.