A solo tres meses de las municipales, y con las encuestas insistiendo en el desgaste de 30 años en el poder, al PSOE de Andalucía le ha explotado una bomba en plena línea de flotación. Un caso de corrupción local se ha acabado convirtiendo en uno de los mayores escándalos políticos vividos en esa comunidad, con el epicentro instalado en la propia Junta, lo que ha derivado en un nuevo dolor de cabeza para la dirección federal del partido, al afectar al principal feudo del socialismo español. La trama, en la que falsos prejubilados se han beneficiado de ayudas a empresas en las que no trabajaban afectadas por un ERE, asciende ya a 70 casos, con varios militantes socialistas incluidos. Un escándalo que no solo pone en solfa la falta de controles y procedimientos en la Administración, sino que amenaza con convertirse en la puntilla que acabe con la hegemonía del PSOE en su granero de votos más fecundo. Los socialistas asisten desconcertados a una crisis de recorrido aún incierto, aunque pocos dudan de que al menos dos exconsejeros de Empleo desfilarán ante la jueza para explicar la concesión de las ayudas. Y lo harán, previsiblemente, en plena precampaña. La dirección regional, con apenas un año de experiencia tras el relevo de Manuel Chaves y su equipo, insiste en que se trata de un abuso de confianza de "cuatro o cinco" aprovechados. >> Más información en e-Periódico