El primer grupo de mercenarios que se embarcará en un atunero español para protegerlo de los piratas somalís finalizó ayer su preparación en el puerto de L´Ametlla de Mar (Tarragona). Un pequeño pesquero de la localidad ha servido de base de operaciones para que ocho escoltas con experiencia en armamento y conflictos bélicos acabaran el cursillo que iniciaron el lunes. Ahora, tendrán que ganarse el sueldo --unos 12.000 euros al mes cada uno-- protegiendo a las embarcaciones para que no les ocurra lo mismo que al Alakrana.

Como si de una película de acción se tratara, los vecinos de la localidad se lo pasaron en grande cuando los escoltas, con balas de fogueo pero con armas de verdad, se defendieron del simulado intento de abordaje de unos piratas. "Hemos intentado formar un grupo compacto que sepa trabajar en equipo", explicó uno de los responsables. "Deben tener fortaleza física y psíquica, ya que la misión comporta muchas horas de vigilancia y trabajar en un ámbito reducido durante largo tiempo", dijo Vicente de la Cruz, presidente de la Asociación Española de Escoltas.

La empresa madrileña del Grupo EME lo tenía todo a punto para formar un equipo de élite el día después del 30 octubre, fecha en que el Consejo de Ministros aprobó la modificación del reglamento de seguridad privada y de armas.