Siguiendo la estrategia de acercamiento y diálogo que el Ejecutivo puso en marcha en el 2007 con la primera visita de Miguel Angel Moratinos a Cuba, José Luis Rodríguez Zapatero intentará dejar su sello en la relación entre La Habana y Bruselas y tratará de anular la llamada "posición común", adoptada en 1996 a propuesta de José María Aznar. Para modificar esa posición, que incluye sanciones simbólicas y exige cambios democráticos, España necesitará la unanimidad de sus socios europeos. Zapatero tendrá que convencer a los países exsocialistas, los más reacios a conceder cualquier oportunidad al régimen de Raúl Castro (foto) si no da antes un paso hacia la democracia.

Fuentes del Ejecutivo han asegurado en más de una ocasión que esa política de acercamiento con La Habana no incluirá "en ningún caso" una visita de Zapatero a la isla caribeña, un gesto demasiado trascendental si el régimen no ha dado señales de apertura.

El semestre también incluye la cumbre bienal entre los países de América Latina, Caribe y UE. Más de 50 dirigentes viajarán a Madrid en mayo, con las negociaciones de los acuerdos de asociación con Mercosur en la agenda. La vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, se ha implicado personalmente en lograr este acuerdo, que dará paso a la creación de la mayor área de libre comercio del mundo.