Antonio Alberca, el abogado de Rafá Zuhier, alegó ayer en el juicio del 11-M que su defendido no es solo "superinocente ", como proclamó en su día el procesado. Para Alberca, este traficante de hachís y exconfidente policial, para quien la fiscalía pide 38.958 años de prisión por su presunta colaboración en los atentados, es más que un hombre libre de culpa: es todo un superhéroe. "Gracias a personas como Rafá Zuhier podemos dormir tranquilos", afirmó el letrado en su informe de conclusiones.

Rechazó el argumento de la fiscalía, que considera a Zuhier una figura "determinante" en la masacre, por actuar de intermediario en el suministro de dinamita entre la trama asturiana de explosivos y la célula islamista autora de los atentados. Para la fiscalía, ese papel de Zuhier implica una "cooperación necesaria" tanto en el 11-M como en los sucesos del 3 de abril del 2004, donde la inmolación de siete islamistas provocó la muerte del geo Francisco Javier Torronteras.

Alberca negó que Zuhier fuera "determinante", ya que el cabecilla de la trama asturiana, José Emilio Suárez Trashorras, y Jamal Ahmidam, el Chino , se tenían "mucha confianza" y no necesitaban intermediarios. Sobre la cita en un MacDonald´s de Carabanchel (Madrid), entre Trashorras, El Chino , Rachid Aglif y Zuhier, dijo que "no se habló de dinamita, sino de hachís".

FIEL SERVIDOR Según Alberca, su defendido no era un delincuente, sino un confidente, condición que describió como de "leales servidores y auxiliares de la policía". Y que Zuhier informaba al guardia civil Víctor . En ese sentido dijo que su defendido no tiene una deuda con la sociedad, sino la sociedad con él.

Respecto a la acusación a Zuhier de pertenencia a organización terrorista, dijo: "¿Qué banda armada, si Rafá solo sabe de juergas y la única banda armada que conoce es la Benemérita?". Los abogados de Muhamad Almallah y Jamid Ahmidam invocaron a su vez la inocencia de sus defendidos.