La Embajada de Marruecos en España lleva huérfana los últimos siete meses. La vacante que dejó Omar Azziman todavía no ha sido cubierta, aunque la persona propuesta por Rabat para ocupar el cargo, el saharaui Ahmedu Uld Suilem, ya recibió el visto bueno del Gobierno español el pasado abril. El primer ministro marroquí, Abás el Fasi, dijo entonces que el nuevo embajador se incorporaría "en unas semanas", pero el rey Mohamed VI no lo ha nombrado aún de forma oficial.