Que todo depende del cristal con que se mire lo demostró ayer Pasqual Maragall. La impresión que el presidente catalán extrajo del debate sobre el estado de la nación fue no sólo que "España va bien", sino que va "mejor que nunca".

Pese a admitir su preocupación por el mal momento que atraviesan las relaciones entre el Gobierno socialista y el PP, el jefe del Ejecutivo catalán opinó que después de las elecciones gallegas del 19 de junio "las cosas van a funcionar en un sentido distinto y positivo".

Maragall justificó su optimismo en la parte del debate que vio por TV entre Zapatero y el jefe de filas de ERC, Joan Puigcercós. A su juicio, fue "enormemente ilustrativo del nuevo clima político que se puede instalar en España" si las cosas siguen por el mismo camino, a pesar de las "grandes" dificultades.