El Gobierno español no se plantea por el momento participar en la operación lanzada el pasado viernes por Francia contra los yihadistas en el norte de Malí y continúa comprometido con la misión de entrenamiento y adiestramiento que prepara la Unión Europea.

Según han informado a Europa Press fuentes del Ministerio de Defensa, España apoya "política y diplomáticamente" la iniciativa del presidente francés, François Hollande, pero no tiene previsto por ahora participar con medios militares en la misma.

Las tropas francesas iniciaran el pasado viernes los ataques contra los grupos radicales que tienen tomado el norte de Malí. Ese mismo día, el Ministerio de Asuntos Exteriores expresó en un comunicado el respaldo a esta operación, que le comunicaron directamente las autoridades francesas y que el Gobierno español trasladó al Gobierno argelino.

Esta mañana, el primer ministro británico, David Cameron, ha confirmado el envío de dos aviones de transporte C17 de la Fuerza Aérea, descartando el envío de tropas sobre el terreno. También Bélgica está estudiando enviar apoyo logístico, que podría concretarse en un avión de transporte, un hospital de campaña o unidades médicas.

Irá cuando la UE lo "determine"

Por el momento, España no se plantea sumarse a estos esfuerzos y permanece "observando el desarrollo de los acontecimientos" en la zona. La intención del Gobierno es acudir a la zona cuando la Unión Europea "decida y determine" poner en marcha la misión de entrenamiento que pretende adiestrar al Ejército de Malí para que, junto a la fuerza de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), recupere el control de su territorio.

España podría enviar entre 40 y 50 militares para estas labores de adiestramiento que se están preparando desde hace meses. La situación de esta región inquieta especialmente al ministro de Defensa, Pedro Morenés, y de hecho la Directiva de Defensa Nacional aprobada el pasado verano la sitúa como uno de los escenarios preocupantes su posible incidencia en la seguridad de España.

Una vez haya una decisión firme, deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros y necesitará de la autorización del Parlamento. Además, Morenés acudirá a la Comisión de Defensa de la Cámara Baja para explicar los detalles de la posible misión.

La crisis política en Malí se desató el pasado mes de marzo, cuando un nutrido grupo de militares de segunda fila descontentos por la falta de recursos suministrados por el Gobierno para combatir al Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) tuareg en el norte dio un golpe de Estado.

Malí sucumbió al caos institucional, lo que fue aprovechado por los rebeldes tuareg para hacerse con el control de las tres regiones que forman el Azawad --Tombuctú, Kidal y Gao-- y proclamar unilateralmente su independencia, sin que la comunidad internacional la reconociera.

Sin embargo, en dicho contexto también emergieron los grupos islamistas presentes en el norte de Malí --Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), el Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO) y Ansar Dine--, que rápidamente expulsaron al MNLA del Azawad. En esta mitad norte del país, desde entonces, estos grupos han impuesto la ley islámica ('sharia') y mantienen el control de los principales enclaves.