El Gobierno pidió ayer a EEUU que se implique más en la resolución del conflicto saharaui, puesto que, junto a Francia, el Reino Unido, Rusia y España, forma parte del Grupo de Amigos del Sáhara Occidental. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, planteó esta demanda a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, en una reunión de 35 minutos que mantuvieron en Lisboa, donde las dos han participado en la cumbre de la OTAN.

En su primera reunión con Clinton, Jiménez explicó que le había trasladado la "preocupación" del Gobierno español por los acontecimientos de El Aaiún, y reclamó que el Grupo de Amigos dé "un mayor impulso" a las negociaciones para lograr un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario sobre el futuro del Sáhara.

REPRESENTANTES CON RANGO La ministra planteó que en las reuniones del Grupo, que tiene la misión de "acompañar" el proceso y apoyar a las partes, los gobiernos deberían dejar de estar representados por "técnicos" de las cancillerías para enviar a representantes de un rango mayor. Jiménez no quiso aventurar si deben ser los números dos de los ministerios o los propios titulares quienes acudan a las reuniones, y pidió tiempo para comentar la idea con el resto de países del Grupo, ya que ayer solo se lo propuso a Clinton y al británico William Hague.

"Tenemos que estimular a las partes implicadas para que dialoguen más a fondo que nunca", declaró José Luis Rodríguez Zapatero en la rueda de prensa que dio al finalizar la cumbre de la OTAN. El presidente del Gobierno dijo que los 35 años de conflicto han dejado claro que la solución es "dificilísima", pero que, con el apoyo de la comunidad internacional y de la ONU, podrá haber una salida, como ha ocurrido en otros conflictos "tan complicados o más que este".

Zapatero delegó los contactos diplomáticos sobre este tema en Jiménez y ayer, pese a que coincidió con los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Amigos en Lisboa, no hizo ninguna gestión personalmente. "La cumbre de la OTAN tiene un orden del día muy concreto", declaró el jefe del Ejecutivo.

En esta polémica diplomática por la situación de la excolonia española en la que el Ejecutivo está inmerso desde que los marroquís asaltaran el campamento el día 8, el Gobierno ha evitado poner de relieve sus diferencias con Francia, un socio imprescindible en política exterior y en la lucha contra ETA. El Ejecutivo de París impidió con su veto esta semana, en el Consejo de Seguridad, que la ONU pidiera una investigación sobre el asalto y las acusaciones de tortura hechas por líderes saharauis.

Además, Francia ha vetado año tras año la posibilidad de que la Misión para el Referendo del Sáhara Occidental (Minurso) tenga competencia para velar por los derechos humanos en la región, haciendo que sea la única de todas las misiones de la ONU sin esta capacidad.

SEGURIDAD SUPERVISADA El Congreso instó el año pasado al Gobierno para que empeñara todo su esfuerzo en conseguir que los cascos azules de la Minurso supervisaran las condiciones de seguridad.

Jiménez apostó abiertamente ayer por esta idea, un paso que Zapatero, cuando se le ha preguntado otras veces, ha rechazado dar. No obstante, España tiene pocas opciones de lograrlo, por el rechazo de Francia y porque no tiene sillón provisional en el Consejo de Seguridad.

La ministra y Clinton también abordaron en la reunión las liberaciones de presos cubanos y la relación que España mantiene con los dirigentes de Ecuador, Bolivia y Venezuela.