Las gestiones diplomáticas que mantiene el Gobierno español desde hace meses para conseguir la sede del secretariado permanente de la Unión por el Mediterráneo, organismo nacido para estrechar relaciones entre Europa y los países del norte de Africa, podrían culminar en breve en la confirmación de que la candidatura de Barcelona será la que se lleve el gato al agua. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero da casi por seguro que España albergará la sede de la organización, opción que tendría el aval del presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy.

La capital catalana lo tendría todo a favor después de que el Gobierno haya cerrado un acuerdo con la candidatura de Túnez, principal rival de España, para repartirse las responsabilidades de la entidad. El país africano habría renunciado a su candidatura a cambio de que el secretario general del nuevo órgano sea tunecino. Será el 4 de noviembre, en una reunión de los ministros de Exteriores de la UE y de una veintena de países de la ribera sur, cuando se sabrá la decisión.