La percepción de los encuestados es que la situación política pierde algo de crispación, producto, probablemente, de la mayor disposición al diálogo con el Gobierno que Mariano Rajoy decidió practicar tras su segunda derrota electoral. No obstante, quienes consideran que la situación es mala o muy mala aún superan en 20 puntos a los que la califican de buena o muy buena. Quienes ven con mayor pesimismo la situación son los electores del PP (el 66,1% dice que es mala o muy mala), y los que la ven con más benevolencia son los votantes del PSOE (el 32,8% opina que es buena o muy buena). Incluso en este grupo, una mayoría del 45,5% aprecia de manera negativa la situación política. El porcentaje de los que opinan que la situación está mejor que hace un año se reduce.