La esposa de Jaume Matas, Maite Areal, ha asegurado hoy en el juicio por cohecho contra su esposo que logró clientes para el hotel de Palma en el que fue contratada en 2007 como relaciones públicas gracias a las relaciones que fraguó como consorte del exministro de Medio Ambiente y expresidente autonómico.

En contra de la tesis de la Fiscalía Anticorrupción, que acusa a Matas de presionar al hotelero Miguel Ramis para que contratara por 42.000 euros a su esposa sin contraprestación laboral alguna, Areal ha declarado en el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Palma que sí trabajó y consiguió contratos para el hotel, en concreto dos congresos médicos organizados por la Fundación Kovacs.

La mujer de Matas ha admitido que fue su marido quien negoció el empleo y su salario para resarcirle por las restricciones que le había impuesto en su anterior empleo para evitar conflictos con su función de presidente del Govern, algo que la tenía "muy enfadada".

Aunque nunca rindió cuentas ni presentó un informe sobre su labor, ni mostró material promocional a sus potenciales clientes, trató de atraer al Valparaíso a muchas de las personas con las que se relacionaba en Madrid, en donde permanecía largas temporadas junto a sus hijos en 2007, ha relatado.

"No voy a decir ningún nombre de nadie", ha afirmado cuando el fiscal le ha preguntado por los contactos que hizo para el hotel, aunque finalmente ha citado al exministro Eduardo Zaplana, al que se dirigió para atraer huéspedes del PP de Madrid, a un directivo de Telefónica y a un promotor musical afincado en Mallorca, además de al doctor Francisco Kovacs.

Durante el año en que trabajó para la empresa del Valparaíso, ha mantenido Areal, tuvo "carta blanca" para desarrollar su trabajo sin dar explicaciones a sus patronos, aunque sí informó a Ramis de que se marchaba a vivir a Washington en octubre, donde incluso realizó alguna gestión de promoción del hotel con sus relaciones, entre las que ha citado al exdirector del FMI Rodrigo Rato, aunque no ha concretado si su labor tuvo resultados.

Sin embargo, el empresario al que Matas pidió trabajo para Areal, que ha testificado antes, ha asegurado que ella no le informó de que se trasladaba a EEUU y que si supo algo de su trabajo era lo que ella le contaba cuando se encontraron casualmente durante aquel año, lo que se produjo en escasas ocasiones y él no recuerda qué le dijo.

Miguel Ramis ha asegurado que la empleó a petición de Matas porque se sintió "comprometido" por su amistad, pero no "presionado" por su condición de presidente autonómico y líder del PP regional, y ha explicado además que "no la controlaba" porque rendía cuentas ante el director del hotel, del que él es administrador.

El hotelero, a quien el fiscal Pedro Horrach le ha recordado que ante el juez instructor declaró que se había sentido "presionado" por Matas, ha afirmado que el contrato con Areal se rompió porque vio "que el rendimiento no era el esperado", si bien luego se ha desdicho y ha afirmado que cesó porque habían pactado un año de trabajo.

A preguntas del abogado del expresidente, Miquel Arbona, Ramis ha subrayado que los contratos con la administración pública autonómica eran una parte insignificante de la facturación del Valparaíso, por lo que no empleó a Areal por miedo a perderlos.