Joan Puigcercós habló ayer con rostro serio. ERC tenía preparada desde hacía tiempo su maquinaria electoral post-sentencia y solo le faltaba que el Tribunal Constitucional (TC) prendiese la mecha. Por momentos temieron que el fallo no llegase antes de las elecciones, así que, aunque ahora no toca exteriorizar alegría, Esquerra no va a disimular que la resolución final puede servir como bálsamo ante tanta mala encuesta. "Que nadie dude que hoy, después de la estocada mortal al Estatut de Cataluña, hay más catalanes y catalanas convencidos de que este es el único camino". El camino es la independencia, y Puigcercós, el líder que aspira a canalizar la desafección respecto a España.

Para conseguirlo, ERC quiere medir bien sus pasos. Para empezar, Puigcercós se sumó al llamamiento del president , José Montilla de dar "una respuesta democrática, unitaria y coherente, con los valores que han mantenido a Cataluña viva como país a lo largo de la historia", a lo que juzgó como un "ataque a la dignidad y a la libertad de todos los ciudadanos, vengan de donde vengan y hablen la lengua que hablen".

En su opinión, Cataluña ha salido perdiendo del "choque de legitimidades" con España. A un lado, "la legitimidad del pueblo de Cataluña ya expresada en las urnas por referendo". Al otro, "10 magistrados de un tribunal fuertemente desprestigiado y convertido en campo de batalla de los intereses inconfesables de los grandes partidos españoles".

"El TC no solo ha alterado el Estatut, sino que ha modificado unilateralmente los límites del pacto autonómico al margen de la voluntad popular", de forma que "ha quedado claro que aquello que quiere una parte significativa de la ciudadanía no cabe en la Constitución española".

Ni que decir tiene que, de haber sido más restrictiva la sentencia, unas reacciones divergentes entre ambos socios hubieran comprometido mucho a ERC dentro del tripartito.