Los parlamentarios del Congreso de los Diputados dejaron este jueves otra imagen que ayudará poco a mejorar la imagen de los políticos entre la ciudadanía. La mayoría de sus señorías abandonaron a la carrera sus escaños para empezar el puente del 1 de noviembre justo después de emitir su voto en la última votación de la jornada, sin siquiera esperar al resultado ni a que el presidente de la Cámara, Jesús Posada, levantara la sesión.

El asunto que les ocupaba no era baladí: la reforma de las pensiones. En la votación, el PP impuso su mayoría absoluta para denegar una solicitud para que el texto sea llevado a pleno después de que vaya a la Comisión de Empleo para debatir las enmiendas parciales, que se pueden presentar hasta el 4 de noviembre. Por tanto, la reforma pasará directamente al Senado para su aprobación definitiva, a menos que haya enmiendas y entonces vuelva al Congreso. La Cámara baja también rechazó este jueves con los votos del PP las enmiendas a la totalidad del PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD, CiU, PNV, BNG, Amaiur y ERC.