Hola hermano, esto ya se acaba. Han pasado muchos días y muchas cosas desde que tomaron la palabra los acusados. Hemos aprendido cosas que deberíamos haber conocido de otra manera, pero me siento orgulloso de haber vivido esta experiencia por ti.

A lo largo del juicio hemos visto cómo los islamistas se disfrazaban de yonkis , bakalas y trapicheros; los traficantes, de locos, y sus mujeres, de tontas. Y ¿los abogados? Muchos de ellos se han ganado un sitio en el cielo desde la tierra por su honestidad. Otros han vendido su alma por un puñado de votos aunque, eso sí, exigiendo la verdad y llamando inocente al que es culpable. Los periodistas han estado, como los abogados: unos en raticulín y otros en la tierra. El tribunal no lo ha tenido fácil. Espero que la sentencia sea clara, que no deje lugar a más tonterías: Inocente=Inocente y Culpable=Culpable.

Y por último, los compis de viaje, los afectados. La palabra respeto deberá incluir sus nombres para describirla. Y la palabra honestidad, sus apellidos. Otros optaron por taparse los ojos ante sus ideas políticas.

Pero, después de tantos meses nos queda nuestra dignidad. Bueno hermano, aún me queda mucho por vivir antes de irte a hacer una visita. Un beso. Te quiero.