ETA colocó ayer dos bombas bajo sendos camiones de la empresa Olloquiegui que estaban estacionados en Irún (Guipúzcoa), lo que provocó un incendio que destruyó 12 vehículos de transporte. No hubo heridos, pese a que algunos camioneros dormían en las cabinas. Olloquiegui ya sufrió en agosto del 2000 otro ataque terrorista por negarse a pagar la extorsión de ETA.

Las dos bombas --de un kilo de explosivo cada una-- estallaron sobre las 5.20 horas en una explanada cercana a la frontera con Francia, en la que cada día aparcan unos 150 camiones, cifra que aumenta los sábados por la noche, ya que los domingos los vehículos pesados tienen prohibido circular por Euskadi.

´IMPUESTO REVOLUCIONARIO´

La mayoría de los camiones quemados son propiedad de Olloquiegui. Esta empresa, con sede en Burlada (Navarra), fue adquirida el pasado verano por la multinacional Acciona, propietaria, entre otras firmas, de Trasmediterránea, por lo que el ataque se interpreta como un modo de recordar a Acciona el pago del llamado impuesto revolucionario .

Además, ETA ha atentado recientemente contra varias empresas de transporte, como Azkar, que vio arder en julio uno de sus camiones en Bedia (Vizcaya), y La Guipuzcoana, ante cuya sede en Azkoitia (Guipúzcoa) fue colocado en agosto un artefacto que pudo ser desactivado. Los terroristas dijeron en ambos casos que la causa de los ataques fue "negarse a dar dinero en favor de la libertad de Euskal Herria".

Testigos presenciales del atentado de ayer explicaron que a las dos primeras explosiones siguieron varias más provocadas por estallidos de neumáticos y depósitos de gasolina, y que las llamas se propagaron rápidamente. Los conductores que descansaban en las cabinas pudieron abandonarlas a tiempo. Tras el atentado, algunos transportistas expresaban su impotencia y "desesperación". El incendio les ha dejado "sin vehículo, sin forma de ganarnos la vida".

Los partidos, salvo Batasuna, y las organizaciones empresariales condenaron el atentado. El delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, añadió que ETA ha iniciado otra campaña de extorsión con el envío de 200 cartas con amenazas a empresarios.