ETA colocó ayer cuatro artefactos de escasa potencia junto a otros tantos juzgados de las localidades vascas de Ordizia (Guipúzcoa), Amurrio (Alava) y Gernika (Vizcaya), así como en la población navarra de Berriozar. Las explosiones no provocaron heridos y los daños materiales fueron escasos, aunque el Gobierno vasco recalcó que "sólo el azar" impidió consecuencias trágicas en Gernika, dado lo transitado de la zona.

También partidos políticos, instituciones y organizaciones judiciales expresaron su condena a unos atentados que se produjeron horas después de que ETA remitiese un comunicado para criticar el Estatuto de Gernika, que ayer cumplía 26 años de su aprobación en referendo, y advertir de que no aceptará para Euskadi un texto como el aprobado en Cataluña.

SIN COMENTARIOS La vicelendakari del Gobierno vasco, Idoia Zenarruzabetia (PNV), y el secretario general del PSE, Patxi López, coincidieron al señalar que no merece "ni comentarios" que ETA pretenda hablar de política y poner bombas a la vez.

Los artefactos explotaron entre las 2 de la madrugada y las 9 de la mañana. Las primeras detonaciones se escucharon en Berriozar, municipio próximo a Pamplona, donde resultó dañado el mobiliario y equipo informático del juzgado de paz. A través del sistema acondicionado del local se coló humo en una escuela colindante, que no pudo abrir a la hora habitual.

La explosión de Ordizia fue a las 2.30 horas, y alcanzó la puerta de entrada del juzgado. Sobre las 7.40, los juzgados de Amurrio revivieron el episodio y una llamada al diario Gara alertó a las 8.30 de la colocación de un artefacto en la papelera de la fachada de los juzgados de Gernika. La Ertzaintza tuvo 10 minutos para desalojar la zona, muy frecuentada a esa hora. La policía confirmó que los artefactos estaban compuestos por entre 500 y mil gramos de cloratita.

El ataque se produjo pese a que el comunicado de la banda explicaba la "firme voluntad" etarra de avanzar hacia la resolución del conflicto "mediante la negociación y el acuerdo en un proceso democrático". También advertía de la conveniencia de no comparar a Euskadi y Cataluña porque "cada pueblo hace su camino".

El PP denunció que los escoltas de Santiago Abascal, representante de ese partido en las Juntas Generales de Alava, habían localizado una pistola de juguete y un trozo de plomo junto a su tienda de Amurrio a modo de amenaza.