Una bomba de ETA inutilizó en la madrugada de ayer dos camiones de la empresa Azkar y causó daños en otro. El atentado, que conmocionó a la localidad vizcaína de Bedia, se produjo en torno a las 2.30 horas, después de que una voz masculina alertara al parque de bomberos de Vizcaya de que una bomba iba a estallar en el polígono industrial donde aparcan los camiones de la empresa afectada.

Aunque primero se creyó que eran dos los artefactos, la Ertzaintza confirmó que sólo había estallado una bomba colocada bajo la cabina de un tráiler, situado entre dos camiones. La segunda detonación se produjo al explotar uno de los depósitos.

Azkar no facilitó ayer una valoración económica de los daños, pero trabajadores del polígono explicaron que los camiones afectados eran relativamente nuevos y se usaban en el transporte de palés.

DESTROZOS EN UN CASERIO

La explosión rompió también los cristales de un caserío próximo al párquing donde se encontraban los vehículos atacados, pero nadie resultó herido. La policía vasca había desalojado el entorno. Aunque no se precisó el tipo de artefacto ni su composición, el Departamento vasco de Interior dio por segura la autoría de ETA. Azkar es una empresa líder del sector creada hace 70 años en Lazkao (Guipúzcoa). En la actualidad emplea a 3.800 trabajadores.

Fuentes de la lucha antiterrorista admitieron que el chantaje económico podría estar tras el atentado, el quinto de ETA en Vizcaya desde el 14 de junio, cuando colocó un coche bomba en Bilbao. Sin embargo, el vicepresidente de Azkar, José Antonio Orozco, declaró en Santiago de Compostela que a lo largo de sus 36 años vinculado a la empresa no ha tenido noticia ni conocimiento que en Bedia se hubieran recibido "amenazas".

Todas las fuerzas políticas arremetieron contra ETA y el Gobierno vasco divulgó un comunicado para expresar su "más enérgica condena" y denunciar el "injustificable uso del chantaje y la violencia". El Ejecutivo consideró "insultante" que quien reivindica derechos para sí sea quien los esté vulnerando.