Un artefacto compuesto por entre un kilo y un kilo y medio de explosivo conectado a un temporizador estalló la madrugada de ayer frente a una oficina inmobiliaria en el barrio del Antiguo de San Sebastián, causando daños en la puerta y la fachada del establecimiento. El Gobierno vasco condenó a través de un comunicado el atentado y, dadas las características de la bomba, lo atribuyó a ETA, y no a un simple capítulo de violencia callejera.

La banda terrorista también ha enviado en los últimos meses a algunas empresas vascas cartas de extorsión en las que, además de exigir dinero, les reclama que eliminen de las etiquetas de sus productos el indicativo fabricado en España. Una de las empresas extorsionadas ha aceptado esta exigencia, según apunta un documento interno intervenido en Francia a ETA, informa la agencia Vasco Press.

En paralelo al envío de cartas de extorsión, que se realiza de forma regular cada pocos meses, la dirección de ETA decidió el pasado mes de marzo poner en marcha una campaña de boicot a un centenar de empresas que se han negado a atender los requerimientos de abonar dinero a la organización terrorista. Durante el año 2003, ETA perpetró un total de 14 atentados contra empresas. Como mínimo, seis de estas acciones terroristas tenían como objetivo la extorsión económica, según informaron fuentes policiales.

Por otra parte, unos 200 simpatizantes de Batasuna ocuparon ayer durante una hora y por la fuerza el Ayuntamiento de Andoain (Guipúzcoa), que se encontraba cerrado y custodiado por dos policías locales, para protestar contra la ilegalización de las plataformas electorales de la izquierda aberzale.

El alcalde, el socialista José Antonio Pérez Gabarain, denunció que había pedido a la Ertzaintza que desalojara el consistorio, pero que la policía vasca no atendió su requerimiento. El Partido Popular tildó de acto "fascista" el asalto del inmueble.