ETA amenazó por escrito a los socialistas el pasado 2 de abril y ayer comenzó a cumplir su anuncio con la explosión de una bomba colocada en la sede social (casa del pueblo) del PSE en el barrio bilbaíno de La Peña. El estallido se produjo de madrugada y causó heridas a siete ertzainas que intervenían en el desalojo de los vecinos. Además, el artefacto produjo cuantiosos daños materiales en el inmueble.

Aunque la banda ha atentado ya en cinco ocasiones contra los socialistas desde el final de la tregua en junio del 2007 y ha llegado incluso a matar al exedil del PSE en Arrasate Isaías Carrasco, la bomba de ayer cobra un significado especial. Y es que da carta de naturaleza a la anunciada decisión de actuar contra el partido que gobierna en España y al que exige una negociación.

De ahí que todas las fuerzas políticas denunciaran ayer con firmeza el atentado. Solo la portavoz de ANV, Arantza Urkaregi, eludió la cuestión para insistir en que se llegará a un "escenario sin violencia" cuando se reconozca a Euskal Herria como nación y su derecho a decidir.

PLAN ESPECIAL DE SEGURIDAD En estos momentos, el Departamento Vasco de Interior y el ministerio que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba mantienen un plan especial de seguridad para proteger a los socialistas vascos, sus sedes y a sus representantes. La coordinación está funcionando "muy bien", según el consejero Javier Balza (PNV), y los miembros del PSE están satisfechos.

Fue una patrulla de la policía vasca la que apenas unos minutos después de las cinco de la madrugada detectó el maletín unido con un candado a la puerta de la casa del pueblo en la calle Ibaialde de Bilbao. Llevaba un aviso: "Peligro. Bomba". De inmediato, se puso en marcha el desalojo de los vecinos.

La operación ya se estaba desplegando cuando una voz masculina alertó a la DYA que media hora después, a las seis, estallaría la bomba, compuesta por cinco kilos de explosivo y un temporizador. La llamada se efectuó desde un punto cercano y el sujeto distorsionó la voz.

La sede socialista quedó arrasada y los destrozos afectaron también a una docena de vehículos y a múltiples viviendas en toda la calle. La indignación en el barrio se unió al recuerdo de que apenas a unos 100 metros de la sede atacada estalló el pasado mes de octubre la bomba lapa que hirió a Gabriel Ginés, escolta de un concejal socialista de Galdakao (Vizcaya).