ETA ha dado una vuelta de tuerca más a su estrategia para financiar sus acciones. El presidente de los empresarios de Navarra, José Manuel Ayesa, reveló ayer que en mayo la banda envió una carta de extorsión a la hija de 14 años de una familia de empresarios. ¿El objetivo? Intimidar a los padres para que pagaran.

Solo en ese mes, una docena de empresarios navarros acudieron a la confederación a explicar que habían recibido cartas de extorsión. En su campaña recaudatoria, ETA ha aumentando el importe, llegando a exigir hasta 400.000 euros. La prosa es la de siempre. El empresario debe pagar si no quiere convertirse en objetivo de la organización. Pero se incluye una novedad. Los terroristas aprovechan el 50º aniversario de la aparición de la banda para retocar el anagrama de ETA e introducir un 50 que recuerda los años de su fundación.

Mientras, en Francia, la policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, prosiguió ayer las labores de búsqueda del escondite en el que los dos últimos detenidos, Javier Arruaberrena Carlos y Oihana Garmendia, guardaban sus armas, dinero y datos sobre los objetivos de ETA.