Solo un fallo en la activación de la bomba impidió que ETA causara el domingo por la noche importantes daños materiales y quizá víctimas en Logroño, ya que el coche que los terroristas colocaron ante la sede de Defensa estaba cargado con 61 kilos de explosivo.

Según explicó ayer el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, una persona que hablaba en castellano avisó hacia las 23:10 horas de la colocación del artefacto con una llamada a Gara . Quince minutos después, se produjo una pequeña deflagración, que no llegó a romper ni los cristales del coche. Según fuentes de la lucha anti-ETA, la policía enseguida pensó que se trataba de una bomba-trampa y de que había más explosivos, ya que es inusual que ETA robe un coche y doble la matrícula para efectuar un atentado de baja intensidad.

Las mismas fuentes subrayaron la impericia de los terroristas, cuyo jefe de explosivos fue detenido el 1 de septiembre. Resulta que estalló el detonador, pero falló el cordón detonante, que sirve como mecha, bien porque estaba deteriorado, bien porque la bomba estaba mal confeccionada o la persona que la tenía que activar (normalmente después de colocar el vehículo frente al objetivo) se puso "nervioso". Los expertos apuntan la segunda hipótesis como la más probable.

Los etarras sustrajeron el vehículo Ford Fiesta el pasado 3 de septiembre en Francia y fabricaron la matrícula con una troqueladora robada. El trabajo de los Tedax, que lograron desactivar intacta la bomba, permitió saber que el explosivo, amonal, se encontraba en el maletero, dentro de dos ollas de tipo industrial, similares a las que se encontraron en la fábrica de ETA de Cahors (Francia). Además había una garrafa que contenía líquido con combustible para borrar todas las huellas. Según fuentes de la lucha antiterrorista, la policía está barajando la posibilidad de que un comando itinerante fuera el encargado de poner el coche bomba.

EL COMBUSTIBLE Camacho destacó que el artefacto era de tamaño "medio", pero que hubiera podido "comprometer la seguridad de los ciudadanos". El coche estaba colocado con el maletero hacia la fachada del edificio, para causar el máximo daño. No obstante, fuentes de Interior señalan que el objetivo era causar daños materiales.

Según datos del Ministerio del Interior, desde la ruptura formal del alto el fuego han sido detenidos 27 terroristas, neutralizados cinco intentos de atentado por parte de la banda e intervenidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado más de 600 kilos de explosivos, sin contar los de Castellón.