Apenas cinco días después de los atentados de Alicante y Benidorm, ETA continuó su campaña contra intereses turísticos y ayer volvió a sembrar el terror en Santander. La banda hizo explotar un potente coche bomba con 30 kilos de explosivo en el párking del aeropuerto de Parayas, situado a tan sólo 20 metros de la terminal. No hubo heridos. Esta vez la detonación se produjo dos minutos después de la hora anunciada --las 17.00-- por un comunicante anónimo al diario Gara .

Los daños materiales provocados por el atentado fueron cuantiosos. La deflagración destrozó el frontal del edificio del aeropuerto e inutilizó al menos una docena de vehículos situados en el párking, que está al aire libre. Algunos trozos del coche bomba llegaron a sobrevolar la terminal, alcanzando la pista del aeródromo. La deflagración pudo oírse en diferentes poblaciones de los alrededores y levantó una espesa capa de humo negro.

VUELOS SUSPENDIDOS

Los artificieros del Cuerpo Nacional de Policía (Tedax) tenían orden de no intentar desactivar el explosivo por temor a que se tratase de una trampa y estallase antes de la hora señalada, tal como sucedió el martes pasado en dos hoteles de Alicante y Benidorm. Estos atentados causaron 13 heridos de diversas nacionalidades, uno de ellos grave.

La llamada de aviso se produjo a las 15,50 horas, e inmediatamente se desalojó el aeropuerto y se acordonó la zona. Todos los vuelos de la jornada fueron suspendidos y los aterrizajes se desviaron a Bilbao. Fuentes del aeropuerto señalaron que está previsto que hoy se reanude la actividad con normalidad.

Tal como había señalado el comunicante anónimo al diario Gara , el coche bomba era un Renault 19 de color rojo, que tenía la matrícula doblada con otro vehículo del País Vasco, y estaba situado justo delante de la entrada principal de la terminal.

El ministro del Interior, Angel Acebes, que se desplazó al lugar del atentado, responsabilizó del mismo a la existencia de una "estructura estable" de la organización en el País Vasco y Navarra. Al lugar acudió también el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, que pidió "cadena perpetua" para los terroristas.

El de ayer fue el décimo atentado que realiza ETA desde el pasado 30 de mayo, fecha a partir de la cual la banda terrorista ha intensificado sus ataques, especialmente contra intereses turísticos y empresariales. El coche bomba de Santander ha sido el sexto ataque en un mes. Tan sólo dos días antes, el 25 de julio, una bomba estalló en los juzgados de la localidad navarra de Estella, provocando algunos daños materiales y un herido leve.

SEMBRAR EL PANICO

El 22 de julio, ETA intentó sembrar el pánico en la costa mediterránea con la explosión de dos bombas en sendos hoteles de Alicante y Benidorm. El 13 de julio, en plenas fiestas de San Fermín, la policía desactivó un artefacto colocado en un hotel de Pamplona. El 6 de julio, una bomba destrozó un camión de la empresa de transporte Azkar, en Bedia (Vizcaya) y seis días antes fue desactivado un coche bomba en el barrio bilbaíno de San Adrián.

En Cantabria, se trata del tercer atentado en los últimos 13 meses. El anterior --que se produjo en diciembre del 2002-- también fue un coche bomba, cargado con 35 kilos de explosivo, que estalló en un céntrico aparcamiento subterráneo de Santander. No hubo heridos. Cinco meses antes, estalló un artefacto en esta misma ciudad, causando varios heridos leves.