Agentes de la Guardia Civil neutralizaron el jueves por la noche cerca de la localidad burgalesa de Briviesca una maleta y una mochila cargadas con 20 kilos de explosivos sin que se produjeran heridos ni daños materiales. Se trataba de una entrega de material destinada a un comando de ETA que resultó frustrada. En las bolsas se encontraron también los restos de tres detonadores, lo que hace pensar que los terroristas tenían planeado realizar igual número de atentados.

Un vecino que había salido a dar un paseo encontró las bolsas y avisó a la Guardia Civil de la presencia de los paquetes sospechosos. Los agentes encontraron una nota redactada en euskera en la que terroristas de ETA daban ánimos a los miembros del comando que debían recoger el paquete con la frase "ahí tenéis el material, dad caña". La nota figuraba manuscrita junto a las instrucciones sobre cómo abrir la maleta que contenía el explosivo.

CRUCE SOSPECHOSO

Según el vecino que encontró la maleta y la mochila el jueves por la tarde, los bultos se encontraban en el mismo lugar desde la mañana de ese día, por lo que sospechó de su contenido y avisó a los agentes. Se trata de un cruce en el que se juntan la carretera que se dirige a la localidad de Buezo, cerca de Briviesca, con otra que conduce a la ermita de Santa Casilda.

Tras recibir el aviso, la Guardia Civil estableció un control en la zona hacia las 20.30 horas, mientras los especialistas en desactivación de explosivos examinaban los paquetes y preparaban su destrucción controlada. Dos horas después, los tedax provocaron la deflagración, cuya potencia ocasionó un agujero de más de un metro de diámetro. Aunque se está a la espera de los resultados de los exámenes técnicos, el explosivo es, en principio, cloratita, con alguna pequeña cantidad de dinamita.

Fuentes policiales indicaron que no se trataba de una bomba preparada para cometer un atentado en el lugar, sino de un depósito para que fuera recogido por un comando de la banda terrorista encargado de cometer atentados en otros puntos. Este es uno de los procedimientos que últimamente utiliza la organización etarra, que en julio pasado ya dejó otra bomba en un campo de la localidad navarra de Viana, que las fuerzas de seguridad lograron desactivar.

FIESTAS PATRONALES

Los investigadores sospechan que el destinatario de los explosivos pudiera ser algún comando itinerante de ETA. Hasta el momento se desconoce qué pudo ocurrir para que los integrantes del comando no acudieran a recoger el material, ya que las instrucciones de la organización terrorista suelen indicar que la recogida debe hacerse poco tiempo después de que los enlaces hayan depositado el explosivo en un punto previamente convenido.

Una explicación podría ser que la afluencia de personas por esa zona, incrementada al celebrarse estos días las fiestas patronales de Briviesca, pudo hacer desconfiar al comando etarra.