El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, señaló ayer que la hipótesis "más plausible" es que ETA esté detrás del robo en Francia de 44 kilos de pastillas para hacer fuego. Según el máximo responsable de la lucha contra el terrorismo, la policía francesa trabaja con la hipótesis de que la banda sustrajo este material, entre otras cosas, porque sirve para fabricar varios tipos de explosivos artesanales, así como para reforzar los convencionales.

En un principio los expertos españoles dudaron de la autoría de la banda dado que las pastillas, así como el material de acampada que robaron, se pueden adquirir en cualquier tienda. Pero los etarras buscaban grandes cantidades, lo que quizá sí que hubiera alertado a la policía. Así, Rubalcaba confirmó que los atracadores pretendían "robar más kilos y se encontraron con que no los había". De hecho, el robo fue efectuado por tres individuos armados, a cara descubierta, que registraron durante una hora el almacén situado en el noreste francés en busca de más pastillas.

Algunos componentes de estas, unidos a otros materiales, sirven para la fabricación de hexógeno, un multiplicador usado por ETA en el atentado de la T-4. El ministro reconoció que el combustible sustraído sirve para fabricar y reforzar explosivos, pero señaló que creía que la banda no lo había utilizado antes.

LA EXPLOSION DE BARAJAS El ataque contra Barajas costará al Consorcio de Compensación de Seguros más que el 11-M, según los datos del organismo, que indemniza a los titulares de pólizas, presentados ayer. En concreto, el primero supondrá un coste estimado de 42,9 millones de euros entre los daños en el aeropuerto y los causados a las empresas de alquiler de vehículos y a los coches privados, frente a los 40,6 millones del 11-M.