ETA decidió el pasado 1 de junio "cerrar el frente", o lo que es lo mismo, dejar de matar, a los cargos electos de los partidos políticos en España. Así lo asegura en un comunicado que hoy divulgará íntegro el diario Gara . El periódico sólo facilitó un pequeño avance en el que se pide además al Gobierno español una respuesta "positiva" a la "voluntad" que demuestra ETA. El comunicado llega la víspera de las elecciones gallegas y cuatro días antes de que comience el debate de investidura en Euskadi.

Más de 3.000 representantes políticos, fundamentalmente del PP y del PSOE, viven escoltados ante la amenaza que ETA inauguró al matar, hace 10 años al concejal popular de San Sebastián, Gregorio Ordóñez. La acción, que convulsionó la vida política, abrió por primera vez fuertes disputas internas en Herri Batasuna, que culminarían años más tarde en la escisión encabezada por Patxi Zabaleta, fundador de Aralar.

Pese a que desde 1973 hasta 1995, ETA había matado a 19 políticos, con la muerte de Ordóñez, la banda puso en práctica una estrategia sistemática de atentados contra cargos electos para "socializar el dolor", al culpar a los políticos de ser los "estrategas de la represión".

CAMBIOS POLITICOS Según el escueto resumen del comunicado etarra divulgado anoche, la banda explica que ha tomado esa decisión por los "cambios políticos" que ha observado últimamente. Alude a la "disolución" del pacto por las libertades y contra el terrorismo que unía a PSOE y PP, al fracaso de la "estrategia de ilegalización" de Batasuna y a los "importantes esfuerzos" para ofrecer una "solución democrática al conflicto con España y con Francia".

ETA da gran realce al llamado Acuerdo democrático de bases que suscribieron fuerzas políticas como Batasuna, Aralar o Eusko Alkartasuna, sindicatos nacionalistas y otras organizaciones. Este acuerdo asegura que toda la ciudadanía "de Euskal Herria ha de ser consultada sobre su futuro mediante el procedimiento consensuado entre los agentes".

La banda aprovecha además su segundo comunicado en tres días para instar a la ciudadanía a "extender la dinámica a favor de los derechos democráticos". El resumen apuntaba que ahora corresponde a "Madrid y París" responder "positivamente a la voluntad mostrada por ETA".

El Gobierno acogió ayer con cautela la tímida tregua etarra. Anoche el presidente y sus asesores renunciaron a difundir una respuesta oficial al comunicado y decidieron aplazarlo hasta hoy, cuando lo conozcan en su integridad y hayan tenido tiempo de estudiarlo a fondo. Sin negar valor al paso dado por ETA, fuentes oficiales precisaron que es a todas luces "insuficiente", pues al circunscribir el cese de los atentados a los cargos electos mantiene bajo amenaza al resto de la sociedad.

El Gobierno se remitió, por tanto, a la declaración formulada la víspera por la vicepresidenta primera, Teresa Fernández de la Vega, en respuesta a la anterior nota de la banda: "El único comunicado que quiere comentar el Ejecutivo es aquel en el que ETA anuncie que deja de matar, que deja de extorsionar".

Altos cargos gubernamentales esperan, no obstante, que ésta sea sólo la segunda ficha que ETA mueve --tras los dos años que lleva sin cometer asesinatos-- en el camino hacia el abandono definitivo de las armas, condición previa para el inicio de toda negociación. Aun así, es probable que hoy, cuando haga pública su respuesta formal, el Gobierno acentúe más su escepticismo. Entre otras cosas, porque no quiere dar munición al PP para acusarle de entablar un diálogo secreto con ETA.