El malestar crece entre los presos de ETA y la posibilidad de que algunos de ellos, incluso con larga trayectoria en la organización, traten de buscar salidas individuales a su situación ha encendido las alarmas en la banda. Para cortar cualquier movimiento, el autodenominado colectivo de reclusos difundió ayer a través del diario Gara un comunicado en el que confirma la expulsión de dos veteranos, algo que, según medios del socialismo vasco, es una llamada a la cohesión interna.

Se trata de dos referentes para ETA: el que fuera su ideólogo, José Luis Alvarez Santacristina, Txelis , y el histórico Kepa Pikabea. Les acusan de haberse sumado a la estrategia del Gobierno español, "cocinada" con el Ejecutivo de Ibarretxe, para "dividir a los presos".

El documento difundido por Gara añade que los dos se entrevistaron en la cárcel de Logroño con el asesor de la Oficina de Atención a las Víctimas del Gobierno vasco, Txema Urquijo, que actuaría en sintonía, dicen, con la directora general de Instituciones Penitenciaras, Mercedes Gallizo. Se apunta que las "artimañas" de los dos presos se orientan a "quebrar la lucha de liberación".

MARGINACION Los golpes policiales a los comandos trasladan la imagen de una organización muy debilitada. Por eso, la cúpula etarra quiere evitar ahora que la sensación de acoso que sufre se pueda ver reforzada ante sus seguidores con una eventual desbandada de presos.

Un amplio sector de entre los más de 700 reclusos etarras no ha digerido todavía su marginación en el proceso de paz ni la falta de expectativas en la que ahora se halla.