El jefe del aparato militar de ETA, Gorka Palacios, contactó con la mafia marsellesa para comprar explosivos destinados a los comandos que iban a atentar en Navidad en España, según fuentes de la lucha antiterrorista citadas por Europa Press.

La policía francesa está analizando la documentación hallada en la casa de Lons, cerca de Pau, donde el martes pasado fue arrestada la cúpula militar de ETA. El chalet ha sido utilizado durante un año por la banda como punto de reunión de sus jefes. En él se han encontrado anotaciones relativas a recientes compras en el mercado negro de armas cortas y subfusiles.

Además, Palacios negoció con la mafia de Marsella la compra de explosivos para fabricar coches bomba y artefactos explosivos para llevar a cabo la campaña que ultimaba con sus lugartenientes Juan Luis Rubenach, Iñigo Vallejo y José Miguel Almandoz cuando fueron arrestados por la policía.

RED MARSELLESA Fuentes policiales atribuyen a la delincuencia organizada marsellesa los robos de dos polvorines cercanos a Niza el pasado mes de octubre. La policía trabaja con esa hipótesis, ya que el material robado en Niza es similar al empleado en varios atentados cometidos en la isla de Córcega. ETA, según las fuentes consultadas, se ha visto obligada a recurrir a la delincuencia organizada por su dificultad para sustituir las abundantes cantidades de explosivos, casi 10 toneladas desde el final de la tregua en 1999, que se les han incautado en sucesivas operaciones en Francia y España.

Precisamente, el pasado miércoles declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón el etarra extraditado de México José Miguel Arrieta por presuntas relaciones entre ETA y la mafia italiana. La declaración de Arrieta se produjo tras el testimonio de un arrepentido en Italia. Sin embargo, el etarra negó esos vínculos y señaló que la organización terrorista vasca no mantiene relaciones con grupos mafiosos.

DECLARACION ANTE LA JUEZ Los cuatro detenidos en la última operación contra ETA han sido trasladados a dependencias policiales de Bayona, donde podrían permanecer hasta mañana a la espera de ser conducidos a París para declarar ante la juez Laurence Le Vert.