ETA volvió ayer a atentar sin causar víctimas. En su cuarta acción desde la ruptura oficial del alto el fuego, optó por un sistema de escaso riesgo y mediana potencia para dejar constancia de que mantiene su capacidad de actuación. Y al igual que en recientes episodios de kale borroka , el objetivo fue la Ertzaintza.

La banda terrorista logró colocar un artefacto compuesto por entre 3 y 5 kilos de explosivo junto a la comisaría de la policía vasca en Zarautz (Guipúzcoa). Hizo explosión, sin previo aviso, a la una y media de la madrugada, junto a la valla de la parte trasera de la comisaría, en el jardín exterior. Pese a provocar un socavón de un metro de diámetro y numerosos destrozos en la comisaría, no hubo que lamentar víctimas. La onda expansiva afectó a vehículos aparcados y a viviendas colindantes.

Las primeras investigaciones apuntan hacia el amosal o al amonal, material que se había colocado en un recipiente metálico, dentro de una mochila y que explosionó mediante un temporizador. El edificio dispone de un dispositivo de seguridad, con un sistema de grabación y otro de infrarrojos. Sin embargo, la Consejería de Interior no desveló lo que grabaron las cámaras de la comisaría.

MIEMBROS NO FICHADOS El consejero vasco del Interior, Javier Balza, atribuyó este atentado a miembros legales (no fichados) de ETA. Balza advirtió de que la banda cuenta con efectivos en Euskadi que le permiten atentar "limitadamente" y valoró la colaboración francesa como una de las claves de su debilitamiento. El consejero advirtió de que ETA mantiene su capacidad de cometer acciones en Euskadi con "graves" consecuencias, aunque serían ataques de fácil ejecución.

Por la mañana, la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Zarautz, en el que no está representado ANV porque su lista fue anulada por el Tribunal Supremo, se reunió para acordar un texto de repulsa. Este consistorio es el más plural de Euskadi, ya que forman parte del equipo de gobierno EA, PNV, PSE, EB-Aralar y PP. Por la tarde se celebró una concentración para pedir el fin de ETA y solidarizarse con la Ertzaintza y los vecinos afectados.

José Luis Rodríguez Zapatero opinó que el tiempo transcurrido desde la ruptura de la tregua evidencia la "equivocación total" y el "gravísimo error" que ha supuesto la decisión de ETA de reactivar la violencia. El líder del PP, Mariano Rajoy, pidió que no se vuelva a negociar con la banda y prometió apoyo al Ejecutivo "para derrotar a ETA".