El presunto etarra que abandonó el taxi en el que viajaba al detectar un control policial por la N-340, a la altura de Torreblanca (Castellón), se había subido al vehículo en la estación de Renfe de Castellón y se dirigía a Tarragona, según informaron a Efe fuentes de la investigación.

El supuesto miembro de ETA, de 1,80 de altura aproximadamente, de unos 30 años y pelo corto, cogió el taxi en la ciudad de Castellón sobre las doce y media de la mañana y le dijo al taxista que le llevara a Tarragona.

Antes de partir, el presunto etarra metió en el maletero del taxi una bolsa de deportes, en la que llevaba una fiambrera con cableado, detonadores y sustancias explosivas, además de ropa.

Al llegar a la localidad de Torreblanca, el presunto etarra, según las mismas fuentes, vio un control policial y mandó al taxista parar, tras lo cual salió corriendo.

La actitud del pasajero levantó las sospechas del taxista, que se acercó a los agentes del control, a los que contó lo ocurrido. Los agentes inspeccionaron el equipaje que había dejado en el maletero y hallaron una bolsa de deportes con el contenido citado. Las Fuerzas de Seguridad han montado un dispositivo de búsqueda del presunto etarra para proceder a su detención.