El Rey emérito, políticos, abogados, ricos herederos, bancos... De una u otra forma todos ellos han aparecido en el procedimiento abierto contra el excomisario José Manuel Villarejo, principal motivo por el que es imposible hablar de los procesos abiertos por corrupción sin dedicar un apartado propio a la operación Tándem, por la que fue detenido en noviembre del 2017.

El número de piezas que forman la causa ya supera la docena, pero a buen seguro que irá aumentando a medida que se analizan y desencriptan las decenas de terabytes de audios intervenidos en el domicilio y despacho de José Manuel Villarejo o de su socio, el abogado Rafael Redondo.

Como en el momento de su arresto casi solo se le imputaba un presunto tráfico de influencias para beneficiar a ciudadanos guineanos, pocos pudieron vislumbrar entonces la importancia que el caso podía tener en el esclarecimiento de las cloacas policiales, de las que ha emergido la llamada operación Kitchen, en la que se vigiló al extesorero del Partido Popular Luis Bárcenas.

CORINA Y EL REY JUAN CARLOS / El próximo mes de noviembre, Villarejo hará dos años en prisión provisional y el juez tendrá que decidir si le mantiene hasta el máximo legal de cuatro. Para entonces, la Fiscalía Anticorrupción ya habrá tomado declaración en Londres a Corinna Zu Sayn Wittgenstein, en relación con las supuestas comisiones pagadas por la construcción del AVE a La Meca, en las que implicó al rey Juan Carlos.

Se prevé que la diligencia se realice a mediados de mes, un momento en el que también se interrogará al representante legal del BBVA, entidad imputada por los múltiples encargos de Villarejo.

Se habría podido acceder a 15.000 llamadas de miembros del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, empresarios y periodistas.