El exdirigente del PNV Gorka Agirre quiere que el juez Baltasar Garzón le retire la imputación de colaboración con banda armada en el sumario que investiga una red de recaudación del llamado impuesto revolucionario que presuntamente dirigía Joseba Elosua. El excargo peneuvista compareció a petición propia para negar las acusaciones y ha logrado que altos dirigentes del partido nacionalista declaren a su favor.

Agirre fue imputado en julio del 2006 y está en libertad bajo fianza de 12.000 euros. La policía le relaciona con una red de extorsión etarra que supuestamente dirigía Elosua desde el bar guipuzcoano El Faisán. La policía intervino conversaciones telefónicas en las que hablaba de botellas de vino, término que era usado, según la investigación, para referirse a los cobros del chantaje terrorista.

LA EXPLICACION Agirre admitió que varios empresarios se pusieron en contacto con él para que les confirmara que la carta que habían recibido era de ETA. El exdirigente sabía distinguir, al parecer, las cartas auténticas de las falsas que remitía la organización. Los industriales recurrían a él porque, al ser sobrino de un lendakari en el exilio, José Antonio Agirre, tenía muchos contactos.

Además, el exlíder del PNV explicó que aconsejaba a los extorsionados que no acudieran a la cita con ETA; que no pagaran el impuesto, y que denunciaran los hechos a la policía vasca. Asimismo, negó que hubiera hecho llegar a la banda 54.000 euros como le acusa la policía.

El lunes acudirán en su apoyo el presidente del PNV, Iñigo Urkullu; su antecesor Xabier Arzalluz, y el líder de Guipúzcoa, Joseba Egibar. También declararán en los próximos días los hermanos Gorka y Ander Landaburu y el parlamentario del PNV José Antonio Rubalkaba.